Los directivos de la BBC han experimentado una situación realmente bochornosa ante la reciente dimisión de Carrie Gracie, hasta la fecha corresponsal en China, la cual renunció a su puesto tras descubrir que su salario era significativamente inferior al de los editores internacionales masculinos de la conocida cadena pública británica. Noticias como esta dejan entrever que algo se está moviendo en la conciencia colectiva y que el nivel de intolerancia con las desigualdades se está contagiando. En España el artículo 28 del Estatuto de los Trabajadores, que dicta la igualdad de remuneración por razón de sexo, no parece cumplirse demasiado ya que según el Eurostat las españolas cobran, de media, un 15% menos que sus compatriotas masculinos.
Se ha estudiado mucho sobre las razones de la brecha salarial de género: el prejuicio patriarcal, la tendencia de la mujer a negociar menos agresivamente que los hombres… Pero la más persistente de estas razones tiene que ver con la percepción de que una vez que una mujer tiene hijos, sus prioridades se alejan del trabajo. En este sentido, las políticas que fomentan licencias parenterales más equitativas entre géneros, son un gran logro para acabar con una de las más insanas justificaciones de esta desigualdad.
Estamos ante un problema que no es de fácil solución en el corto plazo. Los salarios base regulados por convenio no son el origen del conflicto, la verdadera brecha salarial está en la retribución variable y en la subjetividad que a menudo conlleva su pago, no es fácil demostrar hasta qué punto una retribución extra tiene un sesgo de género.
Desde los departamentos de RRHH debemos actuar proactivamente revisando los paquetes salariales comparándolos con datos del mercado salarial e introducir poco a poco correcciones que equilibren un mismo nivel de responsabilidad y contribución al negocio. Así mismo debemos ser trasparentes con el rango salarial en el que se encuadra un trabajador y comunicar los criterios que usamos para fijar dichos rangos.
La BBC se ha comprometido a cerrar la brecha salarial de género para 2020, provocar ese compromiso en otras compañías puede ser un buen propósito en este año que comienza. Dudo que se pueda conseguir la igualdad absoluta pero caminar hacia ella debe ser nuestra obstinación y la enseñanza más noble que podremos trasmitir a nuestros hijos.
Mario Mellado Moreno. Experto en Dirección y Gestión de Recursos Humanos.