Se lidera con el ejemplo y no con la palabra. Liderar es poner un ecualizado equilibrio interior para construir un legado. Reivindico la lógica humanista recordando el Renacimiento que puso a las personas en el centro de todo. Es lo que necesitamos, un nuevo Renacimiento en un momento de desmesura de tecnología donde más urge la necesidad de lucir y ennoblecer el rol de las personas en las empresas y organizaciones. Y con humanizar más me refiero a entender mejor la creación de valor de y con las personas.
Liderar quiere decir evolucionar hacia una visión común y gestionar la complejidad. Hay que intentar que todo el mundo saque su mejor versión y combine responsabilidad e inspiración. Esto es liderar: una influencia positiva escorada al futuro. El liderazgo será importante, y sobre todo transformador, si hace referencia a un propósito noble co-creado. Puede haber liderazgos dañinos, si el propósito es nocivo. Es fundamental vincular liderazgo con propósito, de lo contrario el liderazgo será incompleto.
Porque, ¿qué dejamos en nuestros trabajos, en nuestros equipos, en nuestras relaciones profesionales en general? ¿Cuál es nuestra huella? ¿Por qué nos recordarán, por nuestro nivel de inglés, por las kpi´s, por los innumerables informes y power points, por las agendas saturadas? La respuesta es categórica: nos recordarán por nuestros hechos, por cómo hemos sido, por nuestro legado. Y para dejar legado, pienso, hay que tener un cierto sentido estratégico.
Entre otras cosas, disciplinar nuestro Calendar para que lo urgente no se coma lo importante. Es decir, el secreto del legado de nuestros liderazgos imperfectos está en no claudicar ante el ovillo complejo de los cientos de líos del día a día. Levantar la mirada y observar hacia afuera y hacia adelante. Son los legados, son las huellas de vida las que le dan sentido profundo y trascendente a nuestros esfuerzos.
Un legado de un líder es también una forma de hacerse las preguntas correctas en el momento adecuado, sometiendo siempre a los egos desobedientes, vanidosos, ingobernables y sediciosos. Liderar es alinear nuestro legado con nuestro equipo haciendo crecer a los demás. Liderar es construir legados con propósito, este es el liderazgo necesario, este es el liderazgo inspirador y honesto que transforma la vida, la nuestra y la de los que nos acompañan en esta aventura épica que vale la pena.
Un buen líder tiene que ser sobre todo alguien que tenga claro que liderar es servir y no servirse y que cuando estás muy arriba en una organización, la gente no trabaja para ti, sino que tú trabajas para ellos. El liderazgo transformador no es de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba, es de dentro hacia afuera, que es distinto. Toda persona es un líder en potencia, tú y yo, con nuestras luces y nuestras sombras, porque un líder es una persona capaz de influir y capaz de transformar, es una persona capaz de construir puentes dónde solamente existen muros, de crear ilusión dónde solamente existe desesperanza.
Un líder debe generar pasión y esa pasión debe estar enfocada en aprovechar de la mejor manera el talento, no solo propio sino sobre todo de los profesionales que le acompañan. Es eso lo que marca la diferencia entre un jefe y un líder. Cuando un líder actúa como un despertador de conciencias es posible que la empresa salga de su zona de confort y explote su mejor versión.
Las compañías de estos tiempos, confusos, inciertos y exigentes, tienen que crecer haciendo crecer a las personas, a sus clientes y a su entorno sabiendo que lo determinante en el management son las personas. Seleccionar buenas personas ha pasado a ser la verdadera clave estratégica de las organizaciones. Esto es lo que hace que empresas no solo sean buenas, sino extraordinarias. Esas son las empresas que necesitamos, las que saben que tener una buena idea de negocio es importante, pero tener a las personas adecuadas es lo determinante.
El discurso de Steve Jobs en el acto de graduación en la Universidad de Stanford en el año 2005 invitando a los graduados a coger su futuro con sus manos es muy oportuno: «Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien más… No dejes que el ruido de la opinión de los demás acalle tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición».
Yo diría que poder entender bien lo que queremos dejar, es comprender en lo que debemos mejorar. Esto forjará liderazgos consistentes sabiendo que no es fácil la tarea de encontrar el propósito de nuestra vida profesional y personal. Saber lo que hay que hacer está bien, por supuesto, pero lo que realmente tiene valor es hacerlo, y hacerlo bien, sirviendo, iluminando y queriendo a las personas.
Top 3 HR Influencers in Spain 2023, Expert in Higher Education Management, Universidad de Navarra