Los efectos de la pandemia de la Covid-19 están penalizando profesionalmente más a mujeres que a hombres, agudizando la brecha de género.
Existen datos y estudios que lo ponen de manifiesto.
- Se destruye más empleo femenino: La tasa de paro de las mujeres es cuatro puntos porcentuales más alta que la masculina, y a finales de 2020 en las listas del SEPE se contabilizaban un 15% más de mujeres que de hombres. La caída de sectores tradicionalmente muy feminizados, como la hostelería y el retail, no ha hecho más que agravar esta situación.
- La conciliación se nos vuelve en contra: En un contexto en el que el equilibrio ya era un caballo de batalla para la mayoría de familias, la pandemia ha traído desafíos inéditos que mayoritariamente han sido asumidos por las mujeres. El FMI advirtió en 2020 que “las mujeres soportan un peso desproporcionado en el cuidado de niños y mayores, que puede poner en peligro sus oportunidades profesionales.” El informe Cómo afecta el Covid a la carrera de las mujeres y al liderazgo femenino en Europa, elaborado por Boston Consulting Group apunta claramente a que estamos experimentando un retroceso significativo en igualdad de género en este sentido.
- El teletrabajo puede ser un arma de doble filo: No cabe duda de que precisamos medidas y modelos laborales basados en la flexibilidad, y que el trabajo remoto es el más evidente de todos ellos. Una mayoría de mujeres prefieren optar por continuar teletrabajando, como un elemento de soporte para su organización familiar, y es perfectamente legítimo. Pero en una cultura en la que el presencialismo todavía tiene peso, estas mismas mujeres sienten dudas y desconfianza respecto a que la falta de visibilidad vaya a perjudicar el desarrollo de sus carreras frente a compañeros que decidan regresar al centro de trabajo.
Ahora más que nunca es vital que las empresas sean capaces de establecer sistemas reales de trabajo por objetivos y de evaluación del desempeño basados en KPIs equitativos, y que las políticas de RRHH respecto a la gestión del talento y el desarrollo profesional garanticen la ausencia de sesgos de género.
Y sobre todo, es imprescindible que la sociedad traslade el foco de la conciliación a la corresponsabilidad, y que los cambios se impulsen y se aceleren desde todos los ámbitos. Las mujeres no podemos seguir siendo lastradas por circunstancias que no son nuestras, sino de todos.
Responsable de Negocio Corporativo en DKV Seguros.
Miembro del Pool de Expertos del Foro de RRHH.