Hay una clara corriente hacia la evolución del empleado dentro de la organización hacia la “persona dentro de la organización”. No es un cambio simple: supone tener en cuenta todo su entorno y no sólo lo que afecta a lo estrictamente laboral. Es obvio que personas consideradas como tal y felices ofrecerán un rendimiento muy superior.
Esto implica que cada vez hay un peso superior del bienestar emocional. Las áreas de RRHH tienen claro también que no hay que confundir los términos, y que son responsables también del negocio, tanto como cualquier otra área. Por ello, hacer convivir este binomio de emociones y negocio, que parece tan alejado en teoría, se ha convertido en una de los objetivos fundamentales de esas áreas. Quien consiga esa convivencia, tendrá mucho ganado como atractor de talento y máximo rendimiento.
Desde un punto de vista de la Salud, los que somos proveedores en cualquier sentido (seguros, prevención, alimentación e la empresa) tenemos que aportar a ese binomio y hacer que nuestros productos acompañen al empleado y a la empresa en ese camino. Ya no basta con asegurar, o prevenir, o alimentar; es necesario proponer, planificar acciones, comunicar, y ser partner y no simple proveedor. Por lo tanto, los productos, aparte de su base obvia (no debemos perder los básicos) tienen que llevar otros componentes de servicio. En el caso de las Compañías de salud privada, debemos ser capaces de trabajar en la promoción de la salud dentro del puesto de trabajo o en la capacidad de que los empleados y sus familias accedan por múltiples canales al uso de los servicios. Y diseñar conjuntamente con la empresa planes que las puedan hacer candidatas, por ejemplo al concepto y certificación como Empresa Saludable.
Por último, todo lo digital nos puede facilitar mucho la tarea. La convivencia de generaciones totalmente digitales con las que no lo son (o no lo son del todo) es desde nuestro punto de vista un reto apasionante porque nos obliga a estar en permanente actualización de nuestros servicios y herramientas. El sector de salud tiene infinitas posibilidades en ese sentido: medicina a distancia, autocuidado personal, retos saludables, citas rápidas, cobertura con nueva tecnología médica, coexistencia de seguro y servicio, etc. Las Compañías comenzamos a plantear modelos diferentes de asistencia a nuestros clientes aparte de los tradicionales, sobre todo para anticiparnos a la enfermedad. Nosotros también estamos cambiando del modelo de “paciente” al modelo de “persona”. Y esperamos que las empresas aprecien nuestras propuestas de valor al respecto, y contribuir directamente con ello tanto a la primera como a la segunda parte del binomio: emociones y negocio.
Javier Formariz
Director de Canal Alianzas, Grandes Cuentas y Negocio Directo de DKV