La formación intensiva es una modalidad de aprendizaje que consiste en concentrar un gran número de horas de estudio en un corto periodo de tiempo, con el objetivo de adquirir o mejorar una competencia o habilidad específica.
La formación intensiva es un tipo de aprendizaje que se caracteriza por concentrar un gran número de horas lectivas en un corto periodo de tiempo. A diferencia de una titulación universitaria o un máster con varios años de duración, este método está pensado para desarrollar habilidades y prácticas en unas cuantas semanas y poder acceder rápidamente al mercado laboral. Así, los bootcamps están ganando cuota de mercado rápidamente por su ágil sistema para adquirir las skills que las empresas demandan.
Este método tiene ventajas e inconvenientes, por lo que hay que valorar bien su elección dependiendo de los objetivos del estudiante o trabajado y el contenido de la formación. Lo que parece claro es que esta forma de aprender tiene muchas ventajas para el éxito laboral, tanto para los trabajadores como para las empresas:
- La formación intensiva permite ahorrar tiempo y dinero. Al reducir la duración del curso, se minimizan los costes de matrícula, transporte, alojamiento y otros gastos asociados a la formación. Además, se optimiza el tiempo disponible, ya que se evitan las interrupciones y distracciones que pueden ocurrir en una formación más prolongada y dispersa.
- Favorece la retención y la transferencia de lo aprendido. Al estar expuesto a una gran cantidad de información en poco tiempo, el cerebro se ve obligado a procesarla y almacenarla de forma más eficiente, lo que mejora la memoria a largo plazo. Asimismo, al aplicar lo aprendido de forma inmediata en el contexto laboral, se refuerza el aprendizaje y se facilita su transferencia a otras situaciones similares.
- Esta metodología aumenta la motivación y el compromiso. Al tener un objetivo claro y concreto, el alumno se siente más motivado para aprender y superar los posibles obstáculos que se le presenten. Además, al ver los resultados de su esfuerzo en poco tiempo, se siente más satisfecho y orgulloso de su trabajo. Esto repercute positivamente en su autoestima y en su actitud hacia el aprendizaje continuo.
- La formación intensiva mejora la competitividad y la empleabilidad. Al adquirir o actualizar una competencia o habilidad demandada por el mercado laboral, el alumno aumenta sus posibilidades de encontrar o mantener un empleo, o de ascender en su carrera profesional. Además, al demostrar su capacidad de adaptación y de aprendizaje rápido, se diferencia del resto de candidatos y se posiciona como un profesional valioso y versátil.
Por tanto, la formación intensiva puede ser una opción adecuada cuando se encamine a la consecución rápida de unas habilidades o conocimientos específicos para optar a un puesto de trabajo, ya sea para el desembarco en una compañía o para promocionar internamente. No obstante, hay que tener en cuenta que esta metodología implica disponibilidad de tiempo y alto nivel de concentración debido a que la transferencia de información se concentra en periodos cortos pero muy densos en contenido y que no dejan lugar a la reflexión.