La comunicación es un elemento esencial en cualquier ámbito de la vida, pero especialmente en el laboral. La forma en que nos comunicamos con nuestros compañeros, superiores, clientes y proveedores influye en nuestra imagen, en nuestra reputación y en nuestros resultados. Por eso, la comunicación debe ser una prioridad en la gestión de recursos humanos, ya que de ella depende el buen funcionamiento de las organizaciones.
Según un estudio de la consultora Gallup, las empresas que tienen una comunicación interna efectiva tienen un 47% más de probabilidades de tener un alto rendimiento que las que no la tienen. Además, la comunicación interna mejora el clima laboral, la motivación, la productividad, la innovación y la satisfacción de los trabajadores.
La comunicación interna se puede clasificar en dos tipos: horizontal y vertical. La comunicación horizontal se produce entre los miembros de un mismo nivel jerárquico, como los compañeros de un mismo departamento. Mientras, la vertical se refiere al intercambio de información entre los miembros de distintos niveles jerárquicos, como los empleados y los directivos.
Ambos tipos de comunicación son importantes. Pero la comunicación vertical suele ser más difícil de lograr, ya que implica una mayor distancia y una mayor asimetría de poder. Por eso, es necesario fomentar el diálogo, la participación, la retroalimentación y el reconocimiento entre los empleados y los directivos, para que se sientan escuchados, valorados y respetados.
La comunicación externa también es fundamental para el éxito de las organizaciones, ya que permite proyectar una imagen positiva, profesional y diferenciada ante sus grupos de interés, como clientes, proveedores, socios, medios de comunicación, etc. De esta forma se ayuda a establecer y mantener relaciones de confianza, de colaboración y de beneficio mutuo con estos grupos, así como a captar y retener el talento, los clientes, los proveedores y los socios que aporten valor a la organización.
Para que la comunicación externa sea efectiva, es necesario anticiparse y adaptarse a las necesidades, las expectativas y las tendencias del mercado, ofreciendo soluciones innovadoras y de calidad. Asimismo, es necesario gestionar las crisis, los riesgos y las oportunidades que puedan afectar a la reputación y a la sostenibilidad de la organización, superando los desafíos y aprovechando las ventajas.
Para que la comunicación en la gestión de recursos humanos sea efectiva, se deben tener en cuenta algunos principios, como la claridad, la oportunidad, la relevancia, la consistencia y el feedback. El mensaje debe ser claro, conciso, coherente y comprensible, para que no haya confusiones ni malentendidos.
Asimismo, debe ser oportuno, que se produzca en el momento adecuado para que tenga el impacto deseado. También debe ser relevante y adaptado al contexto, al propósito y al público al que se dirige para que sea de su interés y atención. Otro requisito es las consistencia, de tal forma que vaya alineado con la identidad, la estrategia y la cultura de la organización. Y por último debe generar feedback, es decir, una respuesta o una reacción del receptor, para que se pueda evaluar su efectividad y mejorarla.
En conclusión, la comunicación es un factor determinante en la gestión de recursos humanos, ya que influye en el comportamiento, en las actitudes y en los resultados de los empleados y de la organización. Por ello, se debe planificar, ejecutar y evaluar la comunicación de forma estratégica, para que cumpla con sus objetivos y genere valor añadido.