En un reciente artículo publicado en la versión estadounidense de la revista Forbes el presidente de Prudential, compañía aseguradora de más de 38.000 empleados, Rob Falzon, aseguraba que si había algo que le quitaba el sueño por la noche era el riesgo de fuga de talentos.
No cabe duda de que los temas relacionados con la gestión de personas han pasado a tener un mayor protagonismo en los comités de decisión de las compañías. Pocos se atreven ya a debatir que estas cuestiones afectan, sin ninguna duda, a la sostenibilidad de los negocios en el medio plazo y esto supone, en nuestra opinión, una enorme oportunidad para avanzar y evolucionar hacia una mejora en la gestión del talento.
En este contexto, lanzamos el informe LLYC-DCH de tendencias de talento 2022 en el que recogemos nueve tendencias que marcarán la relación entre las compañías y sus profesionales. Un informe que podéis consultar íntegro en la página web de LLYC.
Algunas de las tendencias hacen referencia al cuándo se trabaja. A la jornada laboral de cuatro días o a las opciones más avanzadas como las que hacen referencia a modelos de flexibilidad total (“de lunes a domingo trabaja cuando quieras”), se unen otras cuestiones relacionadas con el bienestar de los profesionales. Las compañías comenzarán a comprender que los profesionales necesitan desconectar más para conectar mejor. Y esto no sólo hace referencia a la desconexión digital de la que tanto se habla sino a cuestiones relacionadas con la conquista del tiempo, imprescindibles para mejorar el compromiso pero también para diferenciarse en la captación.
El dónde se trabaja también se ve afectado. Esto queda reflejado en dos tendencias: la que hemos denominado el tercer espacio, la gran evolución de las oficinas y el fenómeno de los nómadas digitales o “workcation” con propuestas de destinos como Canarias o compañías como Airbnb que ofrecen a los profesionales la posibilidad de integrar el ocio en el entorno profesional, “estoy de vacaciones en mis tiempos libres”.
Pero, sin ninguna duda, son aquellas tendencias que tienen que ver con el cómo y el por qué se trabaja las que más van a impactar en las organizaciones.Tendencias que nos hablan de transformar nuestra cultura para convertirla en elemento principal del compromiso con el talento, tendencias que hablan de crear nuevos rituales que permitan recuperar los lazos desgastados por la pandemia, tendencias que cogen prestadas del marketing las técnicas de atracción de potenciales candidatos o que incluso se atreven a reformular la formación de entrada a una compañía y desafiar a la escasez de talento contratando perfiles que tienen potencial pero no conocimiento técnico.
En definitiva, todas las tendencias podrían resumirse en una a la que hemos llamado Total Experience. Durante mucho tiempo, las compañías han mejorado la experiencia de sus clientes (CX) y usuarios (UX) para incrementar sus ingresos aunque estas mejoras no siempre fuesen buenas para la experiencia de empleado (EX). Parece que esos momentos han pasado. Ya no es posible tener en cuenta la experiencia del cliente sin cuidar la de empleado. Sólo desde una visión holística tienen supervivencia los negocios porque el cómo y el porqué no dependen tanto de las empresas como de las personas que forman parte de ellas.