La salud mental es un aspecto fundamental para el bienestar de las personas y el rendimiento de las organizaciones. Sin embargo, a menudo se descuida o se estigmatiza, especialmente en el ámbito laboral. Y no sólo a nivel de empleados, también en los puestos directivos.
El liderazgo saludable tiene que ver con un enfoque centrado en el bienestar físico y mental del líder y de las personas que dirige, creando una cultura organizacional que favorece la prevención, la detección, el apoyo y la recuperación de los problemas de salud mental.
El liderazgo saludable implica reconocer las señales y síntomas más comunes de problemas de salud mental como la depresión o la ansiedad, crear un lugar seguro para el diálogo abierto, compartir las propias experiencias personales, ofrecer asistencia y promover la salud mental. Además, un buen líder debe tener control sobre sus sentimientos, fomentar un buen clima laboral, fortalecer la resiliencia tanto organizacional como individual y facilitar la búsqueda temprana de ayuda.
Un ejemplo reciente de liderazgo saludable lo ha dado Ricky Rubio, jugador de baloncesto español que ha decidido parar su actividad profesional para cuidar su salud mental. El base es uno de los líderes del vestuario de la selección española, con la que ha logrado dos medallas olímpicas y un oro mundial, siendo nombrado mejor jugador del torneo en 2019. Sin embargo, también ha tenido que enfrentarse a una vida de sacrificios y esfuerzos que le han afectado mentalmente. Entre los factores que han influido en su decisión están dos lesiones graves de rodilla, la muerte de su madre por cáncer o el estrellato precoz desde los 14 años.
Rubio ha demostrado una gran valentía al comunicar públicamente su situación y pedir respeto para su privacidad. Con ello, ha dado un paso importante para romper el tabú que rodea a la salud mental en el deporte y en la sociedad en general. También ha recibido el apoyo de la Federación Española de Baloncesto, la cual ha entendido su decisión y le ha transmitido su cariño. Rubio ha puesto por delante su salud mental a su carrera deportiva, toda una lección de autoconocimiento, responsabilidad y honestidad.
La decisión de Rubio puede servir de inspiración para otras personas que se encuentren en una situación similar, ya sea en el ámbito deportivo o laboral. La salud mental no debe ser un motivo de vergüenza o culpa, sino un derecho y una prioridad. De hecho, el liderazgo saludable puede contribuir a crear entornos de trabajo más humanos, inclusivos y productivos, donde las personas puedan desarrollar todo su potencial sin poner en riesgo su bienestar.
