Cada vez hay menos empleo, pero, por el contrario, hay más trabajo. Ya no es tan necesario concentrar millones de empleados en fábricas o en oficinas a golpe de métodos y tiempos, o de registro horario, porque los brazos los pondrán los robots, el cerebro las personas, y ya es posible acceder al talento externo a golpe de un “click”.
El trabajo empieza a no ser ni un lugar ni un momento.
Aunque en nuestro imaginario colectivo pensemos que el empleo tradicional, indefinido y a tiempo completo sea la norma, lo cierto es que el 46% de las personas no disponen de un contrato estándar, y sólo el 5% de los contratos firmados en 2019 fueron indefinidos, tal como nos cuenta Albert Cañigueral en su muy recomendable libro “El trabajo ya no es lo que era”.
Si a eso le añadimos que aquellos que lo tienen no parecen muy felices, podríamos deducir que ser un empleado, más allá del sustento, no está muy de moda.
Según el estudio sobre Excelencia y Valores llevado a cabo por el IESE en 2019, 7 de cada 10 empleados españoles no se sienten felices en su trabajo, 6 de cada 10 no recomendaría su empresa a un amigo, 8 de cada 10 odia los lunes y piensa que en sus empresas la gente enferma por estrés. ¡Vaya panorama!
Frente a un declive del empleo dependiente, nos encontramos con un auge del trabajo independiente, bajo una amplia diversidad de formas de trabajo no convencionales, tales como freelancers analógicos o vinculados a plataformas digitales laborales.
Según un reciente estudio publicado por la revista Harvard Business Review, en los últimos 5 años, las plataformas digitales que agrupan a profesionales independientes de alta cualificación, han pasado de 80 a 330, permitiendo encontrar en un click el talento adecuado, para el trabajo requerido, y en el momento justo.
Aquellas empresas que ya lo utilizan están consiguiendo acelerar su llegada al mercado, aumentar su capacidad de innovación, y ser más ágiles y flexibles.
Parece que en 10 años el trabajo no convencional será la forma mayoritaria de trabajar y que un tercio se canalizará a través de las plataformas digitales laborales.
El mercado laboral ya está fragmentado y, junto al modelo binario “empleado-empleador”, las otras formas de trabajo no convencionales requieren ya de un especial apoyo legislativo equivalente al que se prestó al modelo tradicional, y compatible con el respeto a su deseo de independencia. No todo el mundo aspira a ser empleado de otro.
Las empresas, deberán también adaptar sus estructuras y procesos diseñados para marcar fronteras entre el talento interno y externo, con el fin de poder aprovechar todo el potencial del nuevo modelo híbrido.
Emergen conceptos como Total Talent Management, Skills Cloud o Chief Freelance Officer.
Tal como afirma Cañigueral, “la fuerza laboral de las organizaciones es y será una combinación de empleos humanos, trabajadores independientes, robots e IA, algunos en local y otros en remoto.” Para ello necesitaremos crear una nueva narrativa.
Nos vamos citando a Wayne Dyer, cuando afirmó que “cuando cambiamos la manera en que miramos las cosas, las cosas que miramos cambian”, a pesar de que nosotros, los de entonces, sigamos siendo los mismos.
People Strategist Foro Recursos Humanos
Subdirector General de Fundación máshumano