Organizar una actividad de team building no se limita a pensar un par de juegos para que los empleados se conozcan, sino que puede movilizar muchos aspectos del equipo con los que al principio no contábamos.
Por tanto, es importante que los encargados de coordinar estas actividades tengan claro el qué, el cómo, el cuándo y el porqué de la actividad que tienen en mente. Si no lo tienen claro, siempre pueden recurrir al asesoramiento experto incluido en programas de bienestar emocional para empresas como el que ofrece ifeel.
En general, a la hora de planificar la actividad de team building, hay que tener en cuenta:
1.- Los objetivos.
El objetivo puede ser más o menos simple (presentarse, conocer un poco más a los miembros del equipo) o más importante (escoger el nuevo logo o eslogan entre varias propuestas, participar en un vídeo corporativo que se difundirá en redes, decidir los valores que conformarán la nueva cultura empresarial de la organización…).
Sea como sea, si la actividad se hace bien la consecuencia segura es que los miembros del equipo podrán conocerse mejor entre sí y acercarse afectivamente y eso hará que trabajen mejor juntos y mejore su rendimiento.
2.- Vigilar que la actividad no resulte inviable o inadecuada para el equipo para potenciar la motivación y disponibilidad.
3.- Diseñar cuidadosamente la actividad para que responda a los objetivos y necesidades que el equipo tiene en este momento de su ciclo evolutivo.
4.- Calendarizar adecuadamente.
La actividad tiene que ser oportuna en cuanto a la fecha, la antelación con que se avisa (independientemente de su duración) y el momento que atraviesa la compañía.
Si el clima laboral está tenso o muy enrarecido y se propone a los empleados una actividad demasiado frívola es poco probable que la acepten de buen grado y que sea útil.
5.- Integrar la actividad en la estrategia general de cuidado del clima laboral.
Los responsables deben diseñar una actividad que sea coherente con la estrategia general del equipo y la cultura empresarial. Si uno de los valores explícitos de la compañía es, por ejemplo, “la elegancia y la sobriedad” y la actividad consiste en un combate en el barro entonces se produce una interferencia conceptual qué conviene evitar.
6.- No generar incomodidad ni despertar la vulnerabilidad de los participantes.
Aunque es difícil pensar una actividad que vaya a gustar al 100% de los participantes, al organizarla hay que pensar si se les va a pedir que hagan algo que va contra sus principios morales o religiosos, si es algo que pueda hacerles sentir ridículos o si la actividad puede hacer que unos miembros del equipo pongan en evidencia a otros o compitan de una manera demasiado agresiva.
7.- Hacer una convocatoria acorde a las características de la actividad y de los participantes.
Uno de los aspectos que suelen generar más dudas a la hora de diseñar una actividad de team building es cómo plantearla a los participantes.
Muchas veces se mantiene en secreto en qué consistirá la actividad en sí misma para generar expectación; es importante saber que la incertidumbre puede motivar a algunas personas pero poner nerviosas a otras.
8.- Distinguir actividades de teambuilding de “simples” actividades de afterwork.
Las actividades de afterwork son más sencillas y espontáneas que un team buiding.
También construyen equipo, pero de una manera más laxa o informal. Por ejemplo, promover desde la empresa el ir a tomar algo un día al bar de abajo de la oficina después de cerrar es una clásica actividad de afterwork que, por supuesto, contribuye a la construcción y cohesión del equipo, mientras que las actividades de team building tienen más complejidad, suelen estar más pensadas en cuanto a su contenido y objetivos, deberían tener lugar dentro del horario de trabajo e incluir unos resultados sobre los que luego se tomarán decisiones.
Ifeel cuenta con un programa de bienestar emocional para empresas, diseñado por su equipo de psicólogos expertos con el objetivo de ayudar a las compañías a colocar el cuidado del clima laboral de sus empleados en el centro de su cultura empresarial, como herramienta fundamental para potenciar la productividad de una manera sostenible.
Gracias a esta colaboración, los responsables de recursos humanos pueden recibir asesoramiento personalizado y basado en datos sobre cómo sacar el máximo partido de los equipos que tienen a su cargo a través de una correcta estrategia de construcción de equipos.
Actividades de team building puede haber tantas como den de sí la creatividad y el presupuesto de una compañía. Lo importante es que la actividad que se decida sea agradable para los participantes, informativa para los managers de recursos humanos y, sobre todo, como su mismo nombre indica, contribuya a mejorar la creación y cohesión del equipo de trabajo.