La medición del clima laboral de una empresa es algo muy parecido a lo que hacemos con cada empleado con la evaluación de desempeño.
Se trata de un proceso estratégico y, por tanto controlado, consistente en medir diferentes parámetros del funcionamiento de la compañía con un único objetivo: mejorarlo.
La simple observación, intuición y tanteo son elementos inevitables a la hora de tomar decisiones corporativas.
No obstante, en la actualidad se hace imprescindible un enfoque de toma decisiones basadas en datos para resultar realmente eficientes y marcar una diferencia respecto a la competencia.
La medición del clima laboral es un ejemplo de este nuevo modelo de decisión empresarial facilitado por plataformas como ifeel a través de su programa de bienestar emocional para empresas.
Estamos antes una plataforma de psicólogos que a través de acuerdos con organizaciones ofrece a sus trabajadores además de un servicio tradicional – y online- de consultas psicológicas, una serie de herramientas de autoayuda basadas en Inteligencia Artificial.
Además, los managers de las empresas y responsables de RRHH reciben feedback general y anónimo sobre la salud mental de los trabajadores y el consejo y asesoramiento de los psicólogos de ifeel.
Empresas como Axa Partners, Gympass o Glovo ya trabajan con ifeel cuidando la salud mental de sus trabajadores.
Cuando las empresas ponen en marcha este programa, pueden beneficiarse de las ventajas de actuar conociendo el verdadero ambiente en el que se mueven los empleados. Conocer el clima laboral en distintos momentos temporales ayuda a tomar decisiones de cara a objetivos de futuro.
El método habitual de medición del clima laboral son las encuestas, como herramienta estandarizada que se aplica de la misma manera a todos los miembros de la empresa.
Estas encuestas pueden complementarse, en segundo lugar, con las entrevistas, que constituyen una herramienta personalizada que permite profundizar más en la realidad de cada trabajador por separado.
Una medición eficaz del clima laboral requiere el máximo nivel posible de implicación por parte de los empleados, para que respondan a las cuestiones que se les planteen con el mayor nivel de honestidad posible.
Para lograrlo, el empleado debe saber que sus respuestas son anónimas (especialmente aquellas reflejadas en un cuestionario), debe conocer el objetivo de la evaluación a la que se somete, debe conocer los resultados finales de la medición y, finalmente, debe conocer las decisiones que se tomarán a partir de los datos recogidos.
¿Qué medimos cuando medimos el clima laboral?
–Satisfacción del empleado con su experiencia: ¿crees que la empresa es un buen sitio para trabajar?, ¿te gusta trabajar aquí?, ¿la empresa ofrece buenas condiciones laborales?)
–Expectativas respecto al futuro: ¿crees que es posible crecer profesionalmente en esta empresa?, ¿tienes expectativas de promoción dentro de esta empresa?
–Cohesión del equipo: ¿te sientes a gusto junto a tus compañeros?, ¿crees que hay un ambiente de compañerismo y colaboración mutua?
–Habilidades de los managers: ¿tu supervisor es alguien disponible, organizado y con capacidad de liderazgo?
–Metodologías generales de trabajo: ¿crees que la organización general de las tareas sigue una estrategia ordenada?
–Organización individual del trabajo: ¿cuentas con los medios adecuados para realizar tus tareas?, ¿tienes claras tus funciones y objetivos?
–Reputación interna de la compañía: ¿recomendarías esta empresa a alguien que estuviera buscando un buen trabajo?, ¿crees que, en general, tus compañeros tienen una buena opinión sobre la empresa?
Medir el clima laboral en tu empresa no solo es posible sino que también es imprescindible para crecer de una manera ordenada y acorde al bienestar de los empleados.