En los últimos dos años y medio el mercado laboral ha cambiado drásticamente, no sólo por el fenómeno de la gran renuncia, pero sobre todo por la escasez de talento derivado de este problema. Según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, 2022 ha marcado el récord de afiliados indefinidos que han dejado su empresa por dimisión o baja voluntaria en España (el número se ha disparado un 110% entre enero y junio).
Si tenemos en cuenta exclusivamente los empleados que prestan sus servicios directamente a los clientes o pacientes, podemos decir que, comparado con los otros sectores, han sido aquellos que han tenido el impacto más directo durante y después la crisis sanitaria de la COVID-19. Además, conceptos como la transparencia interna, el bienestar del empleado, el equilibrio entre vida personal y profesional y la promoción de la cultura corporativa, han sido altamente apartados por los empleadores. De hecho, según el Índice de Tendencias Laborales de Microsoft, el 51% de los que ocupan puestos no directivos y de primera línea no se sienten valorados como empleados. ¿Cómo hemos llegado a este escenario? ¿Y cuáles son las soluciones?
Consciente de que son aspectos fundamentales para la motivación del empleado, la retención del talento y una cultura organizacional sólida, el departamento de recursos humanos está implementando métodos internos más eficientes con el objetivo de apoyar mejor el bienestar de todos los empleados. Unas de las alternativas más populares entre muchas pequeñas, medianas y grandes empresas es la implementación de plataformas digitales de aprendizaje gamificado. Esta herramienta permite aumentar la implicación de los empleados a nivel emocional, garantizando al mismo tiempo un aumento de la productividad en el trabajo, una mejora de la retención de los conocimientos adquiridos y, un aumento de la atención de los empleados.
Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer para garantizar que los empleados de primera línea reciban el mismo apoyo y equipamiento que los trabajadores de oficina. Según la investigación de Microsoft mencionada anteriormente, un tercio de todos los trabajadores de primera línea afirma que carecen de las herramientas digitales adecuadas para realizar su trabajo de forma eficaz; esa cifra se eleva al 41% en el caso de los que no ocupan puestos de dirección. En este sentido, por ejemplo, las aplicaciones de microaprendizaje móvil son fundamentales, ya que se adaptan completamente al ritmo laboral que ejerce el empleado. Efectivamente, esto rompe las barreras de tiempo, distancia y coste.
Las organizaciones con una cultura organizacional y buenas perspectivas de crecimiento crean motivación en el personal y hacen que esté más dispuesto a aprender y formarse. Es lo que se conoce como gestión del talento y consiste en promover y cultivar las cualidades e inclinaciones de los empleados. Curiosamente este proceso comienza con la primera entrevista de trabajo cuando te preguntan, ¿hacía dónde te gustaría crecer profesionalmente?; ¿qué oportunidades ofrece la empresa?, ¿el bienestar de los profesionales es una prioridad para la compañía?
Si se carece de herramientas de aprendizaje verdaderamente funcionales e incisivas, incrustadas en una cultura corporativa que sitúa concretamente la formación como uno de sus pilares, nadie se centrará activamente en el crecimiento de los empleados. Al ofrecer estas oportunidades a través de vías de microaprendizaje, el empleador demuestra que concede gran importancia a la formación y al desarrollo personal de los empleados. La clave, por tanto, para que la formación corporativa sea efectiva y estructuralmente accesible a todos los empleados, es ofrecerles aplicaciones de microaprendizaje. De este modo, se integra el proceso de aprendizaje en un sistema que, gracias a la gamificación, es también más ágil, rápido y divertido.
Autor: Nouri Zouaghi, director de desarrollo de negocio MobieTrain