La necesidad de ahorrar para la jubilación es cada vez más evidente. El gasto de las prestaciones de la Seguridad Social y las clases pasivas alcanzará, en este año de recuperación, el 55% de la suma de los ingresos por impuestos y por cotizaciones. Y cada año sigue incrementándose; solo en los últimos 5 años este gasto se ha incrementado en 32.000 millones de euros, aproximadamente la mitad de lo que ingresaremos por IVA en 2021.
Una vez terminado el proceso del retraso en la edad de jubilación que se está produciendo en estos momentos, no cabe duda sobre que la llegada a la jubilación de la generación del baby boom exigirá reducir el actual nivel de las pensiones públicas de jubilación. Y que serán las pensiones más altas las que más sufran los recortes, ya que las pensiones más bajas no pueden soportar descensos que supondrían que millones de pensionistas no tuviesen un nivel de ingresos mínimo de subsistencia.
Ante este panorama podría esperarse que nuestros legisladores potenciaran el ahorro a través de los planes de pensiones para evitar el brusco descenso del poder adquisitivo, pero no ha sido así, puesto que la disminución de los límites de aportación ha sido una constante estos años.
Como consecuencia, los empleados están demandando instrumentos de ahorro que vengan a suplir el ahorro que venían realizando a los planes de pensiones. Y las empresas, a través de sus programas de retribución flexible, están ofreciendo seguros de ahorro donde las aportaciones no se consideran rendimientos de trabajo hasta que no se percibe la prestación.
El proceso es sencillo. El empleado renuncia a una parte de su salario a cambio de que la empresa le haga una aportación por ese importe a una póliza de seguros, con el único límite de que el importe que dedique a su retribución flexible no supere el 30% de su salario bruto.
Aquí es donde están tomando un mayor protagonismo los unit linked ya que los productos con una rentabilidad mínima garantizada no alcanzan una rentabilidad que supere al menos la inflación, debido a los actuales tipos de interés tan bajos.
La única alternativa son los unit linked, que son seguros de ahorro cuya flexibilidad en las inversiones permite adaptar la cartera de inversión al perfil de riesgo de los empleados de cada empresa con una distribución estratégica de activos con diferentes pesos de renta variable, posibilitando tener la expectativa de batir a la inflación en el largo plazo.
Además, para empresas con plantillas en la que convivan empleados jóvenes con otros cercanos a la jubilación, los unit linked permiten definir las llamadas políticas de inversión de ciclo de vida, que consiste en que los empleados según van cumpliendo años ven reducido el riesgo de su cartera de inversiones. De esta manera los más jóvenes podrán tener carteras con más riesgo, que cumplan las expectativas de batir la inflación, y los empleados cercanos a la jubilación tendrán unas inversiones conservadoras.
Estos sistemas no solo tienen ventajas para los empleados que podrán diferir la tributación de las aportaciones al momento de la jubilación con tipos impositivos más bajos. También para las empresas, ya que al ayudar a ahorrar a sus empleados conseguirán que se jubilen en edades razonables, permitiendo una rotación natural de las plantillas.
Autor: Álvaro Monterde|Director de previsión social en MARCH R.S.