Son datos del estudio «The future of Human Resources: In the know or inthe no», elaborado por KPMG, red global de firmas de servicios profesionales que ofrece servicios de auditoría, fiscales, y de asesoramiento financiero y de negocio. Según dicho informe, solamente 4 de cada 10 responsables de Recursos Humanos cuenta con un plan de transformación digital, a pesar de que 7 de cada 10 dicen ser conscientes de la necesidad de transformación de la plantilla, y de que el 42% de ellos sabe que tendrá que preparar a la plantilla para el futuro con la Inteligencia Artificial en los próximos cinco años.
Entre los principales motivos por los que todavía más de la mitad de los responsables de RRHH no ha puesto en marcha un plan de transformación digital, destacan las dificultades para encontrar personas con las habilidades necesarias para ello (51%), así como la falta de recursos (43%). También encuentran problemas debido a la cultura empresarial (41%) y en los empleados para adentrarse en la cultura de la innovación (35%).
Por último, el estudio señala que 6 de cada 10 profesionales de RRHH está convencido de que con la transformación digital se destruirán puestos de trabajo, mientras que el 62% de los consejeros delegados piensa todo lo contrario, es decir, que con la transformación digital se crearán más empleos de los que se destruirán.
«Los líderes de recursos humanos más visionarios están abrazando la tecnología, los datos, la analítica predictiva y la Inteligencia Artificial como nuevos elementos de valor para el negocio. Están en una posición única para transformar sus organizaciones hacia el mundo del trabajo del futuro, más ágil, colaborativo y digital», comenta Cristina Hebrero, responsable de People & Change de KPMG en España.
Hebrero añade que “en el mundo actual, lleno de retos complejos desde la perspectiva de las personas, la función de Recursos Humanos debe liderar la transformación cultural y organizativa hacia una nueva fuerza de trabajo más digital e integrada con la tecnología. Los directivos tienen que reaccionar porque si no lo hacen se arriesgan a ver su función reducida a tareas administrativas y transaccionales o incluso a que se vuelva irrelevante”.
