«Quiet Quitting ¿Humanizar el trabajo para fidelizar el talento?». Francisco García Cabello fue el conductor de un webinar bajo este título organizado por Talentia en colaboración de Foro Recursos Humanos en el que diferentes directivos de recursos humanos explicaron en qué consiste la «renuncia silenciosa» y por qué los empleados se ciñen estrictamente a su trabajo y no demuestran ambición.
Nacho Pareja, Senior Sales Manager Spain en Talentia; Tomás Pereda, Subdirector General de Fundación máshumano; y Carlos Valencia, Director de Personas y Organización en Arriaga Asociados, intercambiaron ideas y opiniones sobre un Quiet Quitting que puede utilizarse como un elemento positivo para las empresas.
¿Qué es el Quiet Quitting y hasta qué punto afecta al rendimiento?
Pareja lanzaba una primera reflexión en la que señalaba a un principal culpable del crecimiento de esta tendencia: «La pandemia es la principal responsable de que estemos hablando de Quiet Quitting». En cuanto a las consecuencias, a su juicio la principal de ellas sería «una desventaja competitiva frente al resto» que además «acarrea una consecuencia de imagen de cara al mercado» y «una disminución del rendimiento y por lo tanto una disminición de la rentabilidad de la compañía«.
Pereda tiene claro que afecta «muy seriamente al rendimiento en actividades invisibles» y que «puede tener un coste muy alto». «Es un despilfarro enorme de talento, de valor monetario… Es un coste tirado por la ventana. Por eso resulta muy interesante progresar en entender muy bien qué es y cómo podemos de alguna manera responder eficazmente», afirmó.
¿Puede ser positivo el Quiet Quitting?
Valencia reconocía que el Quiet Quitting «no estaba dentro de mi diccionario» y se ha tenido que «poner las pilas» para profundizar un poco más sobre un asunto del que saca «una lectura no tan negativa«: «Es un paso más a que las personas veamos que el trabajo no es una nuestra vida, sino una parte que nos completa nuestra vida pero no el todo«. «Hay otras cosas que estas viendo en nuestro en torno que la pandemia ha empujado a humanizar, como conciliar, completar en vez de separar la vida personal de la profesional«, subrayaba.
Elementos que llevan a la falta de motivación e implicación de los empleados
Pereda hablaba sobre «un elemento común» en los diferentes estudios como es «la pérdida de competitividad por distintas razones frente a otros mercados europeos y occidentales como Estados Unidos«, lo que provoca grandes diferencias en la retribución que se percibe. También apuntó como factores claves «el ambiente saludable y la salud mental, que aparece como un nuevo jugador» y «la necesidad de encontrar sentido al trabajo diario«.
Influencia del componente generacional en los órganos de dirección
«El cambio generacional» es visto como «un reto» por Pereda. El directivo de Talentia entiende que «las nuevas generaciones son más emocionales y por tanto demandan líderes más emocionales«, por lo que anima a que «las compañías deben invertir en la formación de los líderes para poder trasladar ese sentido del trabajo alineado a la cultura del compañerismo y los valores corporativos«: «Es fundamental exportar desde los líderes a toda la organización ese sentido de compromiso y de la responsabilidad«.
De estar forma es partidario de aprovechar «los beneficios» del Quiet Quitting para convertir en «una oportunidad para dotar a la compañía de las herramientas que permitan a los trabajadores sentirse enganchados por lo que hacen, sintiéndose valorados de forma clara«. Pero sin dejar de lado «la cultura del reconocimiento de una forma saludable«.
Estrategias para fomentar un mayor rendimiento
Pereda está convencido de que «lo primero que tiene que hacer una compañía es escuchar» y es partidario de utilizar lo que él llama «el contrato psicológico» y la «gestión de expectativas mutuas«. O lo que es lo mismo, «no dar por sentado que los modelos que vienen del pasado, que siguen vigentes, siguen funcionando«.
Pareja se mostraba de acuerdo al resaltar que «la comunicación es un arma fundamental» para entender. «cuáles son sus inquietudes, cuáles sus aspiraciones vitales «: «Debemos dar un paso más y crear relaciones interpersonales y no sólo profesionales para poder generar esos vínculos emocionales que van a ayudar a gestionar el talento«.
«Ya no va de escuchar, va de hablar«, incidía Valencia, reforzando su postura con la idea de que «las empresas tenemos que empezar a hablar a través de las personas«.
Datos acerca del Quiet Quitting
Pereda sacaba a relucir un informe de McKenzie que recoge que «un 33% de los empleados desean irse de su empresa en un plazo de tres a seis meses, un 32% en España y a un 21% no les interesa seguir trabajando donde están. No obstante, aunque cree que es «un aviso para navegantes«, consideró que supone «una ventaja competitiva para las empresas que sepan responder a este desafío«. Pareja coincidía en que «esos datos suponen un reto«.