Según el informe #TuEdadEsUnTesoro, elaborado por la Fundación Adecco, el 52% de los currículos que entregan los mayores de 55 años no se tienen en cuenta, ni siquiera se miran por la edad. Este dato pone una vez más de manifiesto las dificultades de este sector para reincorporarse al mercado laboral.
“Es alarmante que siga incluyéndose el factor edad en las ofertas de trabajo, no solo por la discriminación que conlleva, sino por una cuestión de competitividad. En ningún caso la edad garantiza la adecuación del candidato al puesto de trabajo y, además, desechar a un profesional por tener más de 45 o 50 años es renunciar a la diversidad de valores que un senior puede aportar, como la experiencia o la madurez. Evaluar los currículos por competencias, olvidando cualquier etiqueta, puede resultar más complejo de entrada, pero mucho más efectivo en el largo plazo”, comenta Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Según el estudio, los prejuicios tienen mucho que ver en esto. Concretamente, un 65% de los reclutadores opina que el profesional senior no encajará porque la mayoría de la plantilla es joven. Por otro lado, un 18% cree que exigirá una remuneración mayor y un 17% piensa que sus competencias estarán desfasadas.
Así pues, y con estos datos encima de la mesa, no es de extrañar que 7 de cada 10 profesionales de Recursos Humanos diga no haber seleccionado a ningún trabajador mayor de 55 años durante el último año.
A pesar de esto, el número de parados mayores de 55 años ha descendido un 1,2% en el último año. Eso sí, esta cifra se encuentra muy por debajo a la media (-10,8%). Debido a esto, su proporción sobre el total de parados cada vez mayor: el año pasado representaron el 14,6% de las personas en desempleo.
“Detrás de esta realidad está el factor demográfico: cada vez hay más población mayor de 55 años que va ganando peso sobre el total de parados. Sin embargo, también es significativa la cronificación de su desempleo: encuentran grandes dificultades para colocarse o reengancharse al mercado laboral, con lo que no consiguen abandonar las listas del paro”, explica Mesonero.
“Esto conduce, en muchos casos, al trabajo en la economía sumergida de carácter informal. Regularizar estos empleos nos abriría una gran oportunidad para reconocer social y económicamente trabajos como el cuidado a dependientes, uno de los menos controlados y en los que más se concentran los profesionales seniors. Medidas como las que ya se están llevando a cabo en otros países, como hacer deducibles los gastos derivados del hogar, el fomento de la educación cívico-tributaria o la generalización de los medios de pago electrónicos, podrían contribuir a este respecto”, concluye el director general de la Fundación Adecco.
