«La diversidad se ha convertido en un imperativo para las organizaciones. Para ser competitivas deben ser reflejo de la diversidad que caracteriza a la sociedad, y aunque las empresas comienzan a interiorizarlo, todavía queda mucho camino por recorrer», explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Muestra de ello es que un 64% de las grandes empresas desea contratar personas con discapacidad, pero admite encontrar obstáculos. Así lo revela el sexto informe “Directivos y Responsabilidad Social Empresarial” de la Fundación Adecco. Según Francisco Mesonero, «en la mayoría de los casos, estas barreras tienen su origen en prejuicios y estereotipos sociales que impiden hacer efectiva una contratación normalizada. Sin embargo, todos los obstáculos pueden erradicarse implementando una política de diversidad adaptada a la coyuntura de la empresa«.
Así pues, un 24% de las empresas encuestadas dice no contratar a personas con discapacidad porque las tareas del trabajo son “duras” e “incompatibles” con la discapacidad; un 13% señala la falta de accesibilidad como el factor responsable de la no contratación; un 9% tiene temor acerca de cómo se desenvolverá la persona con discapacidad en su puesto; un 7% comenta que la cultura de la empresa no está preparada para incorporar a un trabajador con discapacidad; un 6% alude desconocer dónde puede encontrar a estos trabajadores, seguido de un 3% que no amplía plantilla y de un 2% que destaca la falta de presupuesto.
«A pesar de lo mucho avanzado en los últimos años, a la RSE sigue faltándole algo de identidad en nuestro país», comenta el director general de la Fundación Adecco. «En muchas ocasiones, sus acciones parten de intuición o se dejan llevar por la coyuntura, en lugar de asentarse en una estrategia: de ahí que muchas empresas continúen encontrando obstáculos para, por ejemplo, contratar personas con discapacidad. Más allá del modelo escogido por las organizaciones, lo importante es asegurarse de que las acciones calan en la plantilla y en todos los Grupos de Interés. Si las iniciativas son dispersas o se delegan a terceros, el proyecto pierde impacto y unidad, resultando ineficaz».
Francisco Mesonero concluye señalando que «hay que dar por superada la etapa de consideración de la RSE como un extra o adorno. Actualmente ha de estar presente en todos los niveles de organización, integrándose en los procesos de decisión, por ser un elemento estratégico».