Expertos han evidenciado la importancia de poner el foco en la hormona D como parte del abordaje integral de la salud en el trabajo porque regula más de 200 genes que, entre otras cosas, modulan la absorción de calcio, la mineralización ósea, la respuesta inmune innata y adquirida, la inflamación y reparación tisular.
Así se ha puesto de manifiesto en el II Congreso de Empresas Saludables, que ha contado con el patrocinio de Faes Farma, donde se han abordado las últimas novedades sobre Medicina del Trabajo. Los expertos han precisado que el entorno laboral ha sido uno de los que más ha sufrido los cambios impuestos tras la pandemia.
«La vitamina D no solo contribuye a una buena salud ósea. Cada vez existen más pruebas de que su deficiencia se relaciona con manifestaciones de enfermedades cerebrovasculares, como la hipertensión arterial, o diabetes. Dado que la deficiencia de vitamina D conlleva una serie de procesos metabólicos que pueden desencadenar y hacer avanzar la aterosclerosis en los vasos sanguíneos y aumentar la producción de citoquinas inflamatorias, entre otras afectaciones, es muy importante que nos tomemos en serio a la vitamina D, pues merece la pena para la salud de nuestros empleados», ha detallado la presidenta de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo (SEMST), Pilar Niño.
Según señala Faes Farma, el déficit de 25-hidroxivitamina D constituye un importante problema de salud en todo el mundo que afecta a más de la mitad de la población, descrita en niños, jóvenes, adultos, mujeres postmenopáusicas y ancianos; sobre todo si tienen fracturas osteoporóticas, donde la prevalencia de niveles bajos de 25-hidroxivitamina D puede llegar al 100%.
En España, se han descrito concentraciones de 25(OH)D por debajo de 20ng/ml en un 80-100% de las personas mayores de 65 años, y en la población menor de 65 el déficit alcanza al 40 por ciento.
«Entre los factores de riesgo para desarrollar deficiencia de vitamina D se encuentran la prematuridad, la piel hiperpigmentada, la baja exposición al sol, la obesidad, los trastornos de malabsorción y la edad avanzada, entre otros. Su déficit es una pandemia mundial. Personalmente, recomendaría incluir el análisis de estos valores en los controles médicos habituales que hacen las empresas, pues es una determinación práctica, barata y coste efectiva que puede ser muy importante para el abordaje de la salud de los trabajadores», ha apuntado la especialista.
