El dinamismo de nuestro mercado laboral se situó en el 23,5% durante el primer trimestre del año, alcanzando su máximo desde su creación en 2010. Esta cifra supone un aumento en más de 19 puntos desde inicios de 2011. Así lo revela el indicador Meta4 IDL, elaborado por Meta4 e investigadores del IESE para medir el nivel de flexibilidad interna de los empleos ya existentes y estudiar la renovación dentro de las organizaciones, a partir del porcentaje de contratos que ha experimentado algún cambio, al margen de la creación o la destrucción de empleo.
El estudio pone de manifiesto que se crean puestos de trabajo en la misma medida que se destruyen. Así, el número total de nuevas contrataciones y bajas se ha estabilizado entorno al 30% de los puestos de trabajo, de los cuales un 23,5% son consecuencia del dinamismo laboral.
Así pues, el motivo por el que las empresas siguen contratando y prescindiendo de trabajadores es por la necesidad de renova sus plantillas, a menudo con motivo de los contratos de corta duración, y no por necesidades de ampliación o reducción.
Por otro lado, el estudio revela un enfriamiento del mercado de trabajo. Durante los últimos seis meses se ha producido una ligera ralentización de las bajas voluntarias, debido a que se ofrecen menos oportunidades de cambio a los trabajadores.
Para Carlos Pardo, CEO de Meta4, “los resultados del informe parecen indicar que las organizaciones en un periodo de transformación interna, están optando por cambiar su composición, más que por un crecimiento de sus plantillas. Será interesante analizar en los siguientes estudios, si esta evolución acaba produciendo una mayor generación de empleo, una vez estabilizado el cambio interno actual. Además, habrá que estar atento a cuál será el comportamiento de aquellos empleados ya incorporados a una organización y que no hayan visto mejoras en su tipo de trabajo”.
Marta Elvira, Profesora de IESE Business School y directora de la investigación en el IDL desde su inicio, “las cifras globales se pueden interpretar como una reducción en las oportunidades de movilidad externa para los profesionales, quienes sin embargo encuentran nuevos encargos dentro de sus empresas. Podríamos estar viendo el comienzo de la tan anunciada evolución en la estructura ocupacional, donde desaparecen ciertas labores mientras crece la plantilla en tareas más adaptadas a la necesidad económica futura. Por ahora no podemos aventurar qué tipo de puestos van a ser primordiales o menos esenciales. En futuras ediciones del IDL nos proponemos evaluar en detalle la evolución de la estructura profesional dentro de las empresas”.