Son datos del tercer informe «Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro», elaborado por la Fundación Adecco y JYSK. De ellos, el 67% busca su primer empleo y un 52% cree que tardará más de un año en encontrarlo.
“Para garantizar un futuro igualitario, en el que los jóvenes con discapacidad tengan las mismas oportunidades, es vital trabajar en el presente. Por un lado, sensibilizando a las empresas y acercándoles su talento; y, por otro, empoderando a los jóvenes para que su discapacidad no se convierta en un hándicap, sino que puedan transformarla en una ventaja competitiva o impulso para incrementar sus oportunidades de empleo”, recuerda Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Y es que la formación para desempleados con discapacidad sigue siendo considerablemente inferior a la del resto, tan solo un 2% cuenta con estudios universitarios y un 11% acredita situación de analfabetismo.
“Las políticas pasivas de empleo o subsidios son muy necesarios para garantizar que las personas con discapacidad pueden salir adelante, pero es fundamental complementarlos con políticas activas de empleo, máxime en el caso de los jóvenes con discapacidad, que tienen toda su trayectoria laboral por delante. Mediante la formación y el acompañamiento, los jóvenes con discapacidad podrán equipararse al resto de los demandantes de empleo, competir en condiciones de igualdad y lograr un grado de autonomía que les permita encontrar un empleo y realizarse personalmente”, explica Francisco Mesonero.
Además, el 66% dice haber sentido discriminación en algún proceso de selección por su discapacidad. “Se les cambió la cara cuando vieron que tenía una discapacidad” o “cuestionaron continuamente mi capacidad para poder ejercer el puesto y, aunque cumplía todos los requisitos, no volvieron a llamarme”, son algunas de las respuestas de los encuestados.
“Si la discriminación ya está presente en las escuelas, es muy lógico que se extienda a los entornos laborales en la edad adulta. Esta situación es peligrosa, porque puede frenar la voluntad de muchos jóvenes con discapacidad en su búsqueda de empleo. La única vía para atajarlo es la educación inclusiva desde edades tempranas, así como una intensa labor de sensibilización en las empresas; en primer lugar, eliminando sesgos inconscientes y prejuicios entre los responsables de Recursos Humanos y, al mismo tiempo, acercando la discapacidad a toda la plantilla, para erradicar prejuicios y estereotipos. Solo de este modo, la incorporación de los jóvenes con discapacidad podrá ser sostenible en el tiempo”, concluye el director general de la Fundación Adecco.