El paro registrado en el mes de mayo se situó en nuestro país en 2.739.110 personas, según los datos del Ministerio de Trabajo. En comparación con abril, este dato supone una variación de 49.260 personas en situación de desempleo (-1,8 %).
Por lo que se refiere a la afiliación a la Seguridad Social, las cifras desestacionalizadas proporcionadas por este organismo la sitúan en 20.709.078 personas en situación de alta durante el pasado mes. Esta cifra refleja una variación de 47.883 personas con respecto a abril (1 %) y una variación interanual de 582.676 afiliados (2,9 %).
El paro registrado entre menores de 25 años, en su punto más bajo desde 2019
En relación con el empleo, uno de los grandes retos son los jóvenes. Su inserción y progreso en el mercado laboral es clave para el país. En este sentido, la evolución del paro registrado entre los menores de 25 años actualmente es positiva. De hecho, el dato de personas desempleadas en esta franja de edad está en mínimos desde 2019. En mayo de ese año —último mayo previo a la irrupción de la covid—, el paro entre los jóvenes menores de 25 años se situaba en las 240.259 personas. Sin embargo, en mayo de 2023 el paro registrado en este grupo de población ha sido de 188.043 personas, 52.216 menos que en el mismo mes de hace cuatro años.
Durante la pandemia, igual que sucedió con el paro registrado entre la población general, entre los jóvenes, tanto en mayo de 2020 como en mayo de 2021, las personas desempleadas menores de 25 eran más de 320.000. Sin embargo, en mayo de 2022 la caída del desempleo en este estrato dejó el paro registrado en 199.920 personas. Una cifra 11.877 más alta que la del presente mes de mayo.
Si en lugar de observar la cifra total del paro registrado, se pone el foco en la variación anual del paro registrado, lo que se puede apreciar es que, desde 2019, las fluctuaciones del paro en menores de 25 años han sido más acusadas que las del conjunto de la población. Si bien en 2019 ambas líneas continuaban una tendencia prácticamente idéntica, con el inicio de la pandemia, la variación anual del paro registrado entre los menores de 25 creció de manera más brusca. Por ejemplo, en mayo de 2020, fue del 35,9 %, mientras que en el conjunto de la población la variación fue del 25,3 %.
Asimismo, el inicio de la recuperación fue más positivo entre los jóvenes. De esta manera, en mayo del pasado año, mientras que el paro entre los menores de 25 años bajó un 38,1 %, en el conjunto de la población bajó un 22,7 %. Y, actualmente, ambas líneas tienden a juntarse, aunque la progresión del paro entre quienes tienen menos de 25 años es algo más positiva. En mayo, la variación anual del paro registrado para este estrato ha sido de -4,9 % y la general de -6,3 %.
Por su parte, la estadística de contratos iniciales indefinidos muestra que, con la entrada en vigor de la reforma laboral, la presencia de los menores de 25 años en la firma de este tipo de contratos es mayor. En mayo de 2019, este grupo de población absorbía un 15 % del total de contratos iniciales firmados.
Sin embargo, en 2022 —especialmente a partir del mes de marzo, cuando finalizó la moratoria para la aplicación de la reforma—, los menores de 25 años comenzaron a cobrar mayor protagonismo. Así, en mayo de hace un año, el 21 % de los contratos iniciales indefinidos fueron para jóvenes en este rango de edad. Un dato similar al 22 % del mes de mayo que acabamos de cerrar.
Y, si hablamos de cifras absolutas, el incremento de contratos iniciales indefinidos firmados por los menores de 25 se ha incrementado de manera muy significativa en los últimos cuatro años. En mayo de 2019, estos jóvenes firmaron 17.359 contratos iniciales indefinidos. Una cifra que en el mes equivalente de 2020 bajó hasta los 5.622 y hasta los 13.219 en 2021. Sin embargo, a raíz de la reforma laboral, los contratos iniciales indefinidos firmados por menores de 25 años pasaron a ser 125.240 en mayo de 2022. Un dato que no dista mucho de los 129.992 de mayo de este año.
La reforma laboral ha provocado este cambio gracias a restringir, hasta casi eliminar por completo, los supuestos de uso de la contratación temporal. En consecuencia, se ha producido un trasvase hacia los contratos fijos-discontinuos, una modalidad de indefinido con poco peso antes de la entrada en vigor de la norma en 2022 y con mucho protagonismo en la actualidad. Así, este mes de mayo, un 39 % de los contratos iniciales indefinidos son fijos-discontinuos (idéntico porcentaje al indefinidos a tiempo completo), cuando en el pasado solían suponer apenas uno de cada cinco —en mayo de 2019, por ejemplo, eran el 21 %—.
Según Mónica Pérez, directora de Comunicación, Estudios y Relaciones Institucionales de InfoJobs: “Tenemos datos para confiar en el progreso de nuestros jóvenes en el mercado laboral. Sin embargo, todavía nos queda mucho camino por recorrer. Con la transformación digital en el punto de mira, es prioritario fomentar el desarrollo de las competencias que respondan a las necesidades de las empresas y que, por lo tanto, faciliten a los jóvenes avanzar en su carrera profesional”.
