Seleccionar a las personas de las cuales dependerán los resultados de la compañía es una decisión fundamental para alcanzar el éxito. Michael Page, líder a nivel mundial en asesoramiento de selección especializada, explica cuáles son las diez cualidades que definen a un buen líder:
- Comunicación. Para saber transmitir la estrategia de la compañía, tanto a nivel interno como externo, el directivo tiene que ser claro y conciso, para asegurarse así de que el mensaje que quiere transmitir se entiende correctamente. La comunicación, además, tiene que ser bidireccional, ya que los buenos jefes siempre tienen que estar dispuestos a escuchar las preocupaciones y sugerencias de sus empleados.
- Dar buen ejemplo. Los responsables de área se encuentran siempre en continua observación, tanto por los empleados como por los superiores M.chas veces son considerados modelos a seguir, por ello deben dar ejemplo y comportarse de forma responsable.
- Disposición para asumir y renunciar a la responsabilidad. Un buen líder debe tener la experiencia y conocimiento de la empresa y del sector que le acredite para llevar a cabo sus funciones. Sin embargo, también debe saber cuándo es el momento de delegar ciertas responsabilidades y tareas a sus empleados.
- Motivación. Un buen líder es aquel capaz de motivar e inspirar a sus empleados. Un empleado motivado es un empleado productivo. La consecución de los objetivos del equipo y de la compañía son elementos esenciales para mantener un buen ambiente laboral.
- Reconocer y fomentar el potencial. Un buen líder debe ser capaz de reconocer las aptitudes y habilidades especiales de los miembros su equipo y, lo que es más importante, de saber cómo utilizarlas para el beneficio de la empresa. Cuando un empleado destaca, su responsable debe alentarlo para que siga motivado y pueda seguir desarrollando su talento.
- Empatizar. Los buenos líderes se caracterizan por ser comprensivos y cercanos a su equipo. Sin embargo, un exceso de confianza puede repercutir en los resultados, perjudicando tanto a la empresa como al propio equipo.
- Tolerar los errores. Nadie es perfecto, las personas pueden cometer errores de vez en cuando, por ello el buen líder contará con capacidad de reacción suficiente para afrontar la situación y solucionar el problema.
- Establecer metas y expectativas. Cada vez es más común que los equipos trabajen por objetivos, por este motivo para obtener buenos resultados los jefes establecerán unos plazos de entrega y definirán unos objetivos claros y realistas.
- Auto-reflexión. Además de analizar las capacidades de sus equipos, los buenos líderes tienen que ser conscientes de sus propias fortalezas y debilidades, esto es algo esencial.
- Autenticidad. Las personas que fingen ser algo que no son resultan falsos y no inspiran confianza. Encontrar un propio estilo de liderazgo y ser consecuentes con la forma de pensar es la mejor opción para conseguir el respeto de los empleados.