Según un estudio elaborado por la Fundación Adecco en colaboración con Grupo Red Eléctrica, Gas Natural Fenosa, Endesa, Enagás, Makro, Yelmo Cines y thyssenkrupp, el 30,9% de las mujeres en edad laboral se encuentra en riesgo de exclusión o pobreza.
«No parece aventurado señalar que, en este 30,9% de mujeres en riesgo de pobreza o exclusión social, en edad laboral, predominan las desempleadas, aquellas que trabajan en situación irregular (sin contrato) o inactivas, con habilidades para el empleo, pero que no trabajan por cuestiones culturales (discapacidad) o responsabilidades familiares», explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco. «El empleo se convierte en el factor fundamental de inclusión, en la única herramienta capaz de dotar de la autonomía y realización suficientes como para que estas mujeres normalicen su situación y tengan una vida plena», añade.
A pesar de esto, el estudio destaca que las mujeres mayores de 55 años representan un 12,6% del total de desempleadas, el máximo histórico y el doble que hace una década (5,9%). Además, el 68,3% de las mujeres mayores de 55 años lleva más de un año desempleada, y el 54% de las desempleadas de larga duración supera los 2 años en búsqueda activa de empleo.
«En un país en máximos históricos de envejecimiento, es vital desterrar prejuicios y estereotipos que alejan a la mujer mayor del mercado laboral, ofreciendo las herramientas y flexibilidad necesarias para un mercado más competente e inclusivo», comenta Francisco Mesonero. «Además, resulta imprescindible reorientar las políticas activas de empleo a la realidad actual, para que vayan alineadas a un objetivo claro de mejora de la empleabilidad y se centren en la formación, en aras de que no se pierda el talento de una masa tan significativa de desempleadas».
Además, el director general de la Fundación Adecco recuerda que «los jóvenes constituyen también una generación clave para nuestro mercado laboral. En este contexto de envejecimiento, todos somos piezas estratégicas para la sostenibilidad de nuestro Estado del Bienestar. El reto es potenciar el intercambio intergeneracional como fuente de riqueza para toda organización, de modo que los senior puedan compartir experiencias y competencias de gestión con los más junior y éstos, a su vez, aporten creatividad y apoyo en la transformación digital, entre otros».