Ignacio Conde-Ruiz (FEDEA): «La mochila austriaca dará mucho dinamismo el mercado laboral»

Fedea ha publicado ‘Retos Futuros del Mercado de Trabajo en España’, un trabajo de José Ignacio Conde-Ruiz y Jesús Lahera en el que se analizan las distintas reformas que se deberían incorporar en nuestro ordenamiento laboral para poder afrontar ambos retos con éxito.

José Ignacio Conde-Ruiz, Doctor en Economía por la Universidad Carlos III de Madrid, Catedrático de Análisis Económico en la Universidad Complutense de Madrid, y Subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), participó en uno de nuestros programas de Foro Recursos Humanos en Capital Radio para presentar este informe del que es coautor acerca de la situación del empleo en España después de la última reforma laboral y los desafíos a los que se enfrenta.

¿Qué avances se han conseguido y qué aspectos no han funcionado de la reforma laboral?

«Lo primero que ha hecho ha sido asentar la reforma anterior, que si os acordáis se estaba debatiendo de que iban a derogar la reforma de 2012, y que daba mucha flexibilidad a las empresas para poder adaptar a las condiciones del mercado laboral. Al final esta reforma uno de sus principales activos es que, si bien es verdad ha dejado el salario, la parte salarial, a la negociación colectiva a nivel sectorial, la ha desvinculado a nivel empresa. Pero ha dejado todos los otros instrumentos de flexibilidad interna, que es fundamental».

«Luego da un avance importante en cuanto a la lucha de la precariedad laboral. Es verdad que si miramos la tasa de temporalidad la reforma es un súper éxito porque prácticamente la ha situado a niveles europeos. Por lo tanto yo creo que en esta dimensión también es una muy buena reforma. Lo que pasa es que, quizás todavía falta un poco de tiempo para hacer un análisis más justo de la reforma».

«Quizás no es tan buena como indica la caída en la tasa de temporalidad. Es decir, nosotros observamos que el mercado laboral de español sigue generando mucha creación y mucha destrucción de empleo diario. Y por lo tanto cuando tú ves que hay muchos contratos que se crean y se destruyen, o con la nueva figura del fijo discontinuo se suspende o se activa el contrato, te hace ver que hay mucha inestabilidad, mucha intermitencia. Seguramente en el futuro tendríamos un poco que ver cómo tratamos este tema».

«Porque si nos conformamos con que sólo caiga la tasa de temporalidad contractual haríamos mal. creo que hay otra temporalidad, otra precariedad empírica, que yo creo que es un poco lo que tendremos que mirar en las futuras reformas. Y luego también la gran
ausente en las últimas reformas. La que hizo el anterior Gobierno y la que ha hecho éste, que es el tema de las políticas activas. Creo que ahí tenemos par0 de larga duración y todavía hay uno problemas».

¿Está preparada la regulación laboral para afrontar los cambios por factores demográficos o por la revolución digital?

«Todavía no está preparada. Desde el punto de vista del envejecimiento hay que avanzar muchísimo en lo que sería permitir compatibilizar y cobrar un salario. Es decir, yo creo que la forma en la que nos jubilamos va a cambiar drásticamente porque no tenía sentido como se hacía anteriormente o como se sigue haciendo ahora. Que una persona trabaja a jornada completa 40 horas a la semana
cumple la edad legal y al día siguiente trabaja cero horas».

«Las salidas del mercado laboral tienen que hacerse de forma gradual. De una forma además que te permita -trabajas 40 horas, 30, 20,
los fines de semana- que tú puedas decidir salir del mercado laboral de esta forma. Creo que para esto hay que hacer reformas tanto al sistema de pensiones para introducir los incentivos adecuados, pero también desde el punto de vista del mercado laboral porque hoy en día a las personas mayores se las considera con una filosofía un poco antigua. Yo le llamo antigua por no decir otra cosa. En economía se llama la falacia de la suma fija de horas trabajadas. Hay gente que tiene una concepción de la economía o del mercado laboral de que hay 100 horas por ejemplo para trabajar. Y si las trabaja una persona mayor no las trabajaría uno joven. Y entonces está todo pensado para que la persona mayor se vaya lo antes posible, pensando que así va a liberar posibilidades de empleo a las personas jóvenes».

«El tema digital está cambiando también mucho el mercado laboral, el tema las plataformas etcétera. Y la ley siempre va a ir por detrás. Lo que tenemos también que pensar es quizás en que los trabajadores, ya sean asalariados, autónomos o por cuenta propia, tendrían que tener los mismos derechos y las mismas obligaciones. Por lo tanto yo creo que hay que ir avanzando por allí. Hay algunas figuras interesantes como el «fondo austriaco» o cuentas individuales de cotización. De tal forma que tú puedas tener un periodo de tu vida que a lo mejor estás trabajando para una plataforma por cuenta propia, pero luego trabajas como salariado. Y que no haya esta diferencia en costes y diferencias en protección de derechos sociales como hay en la actualidad».

¿Podría darnos algún dato más sobre los fijos discontinuos?

«El fijo discontinuo es verdad que en principio es un contrato indefinido y por lo tanto el trabajador tiene, por así decir, más derechos adquiridos que en un contrato temporal. Pero lo que ocurre es que si se siguen haciendo muy cortos y con mucha intermitencia, con muchas entradas y salidas, pues seguramente al final puede ser incluso más precario que el temporal. Porque en un contrato temporal normalmente hay unos costes de despido, en muchos tipos son 12 días, mientras que el fijo discontinuo sería lo mismo en principio
en entradas y salidas, es indefinido, pero también se va a producir mucha baja voluntaria. Porque los trabajadores no creo que puedan estar encadenando contratos fijos discontinuos porque al final no te permite, por así decirlo, desarrollarte».

«Nosotros identificamos en el mercado laboral que es un mercado que crea el trabajo al lunes para despedir el viernes, crea el sábado
para despedir el domingo.  Y esto se hacía antes mucho con contratos temporales, y ahora se está haciendo mucho con fijos discontinuos. Y luego también sabemos que hay muchas modalidades. Se está dando tanta, tanta flexibilidad a las empresas que lo que al final acaba repercutiendo es en estas carreras muy incompletas, muy precarias de los trabajadores».

¿Cómo convencer a empresarios y sindicatos de las bondades de la mochila austriaca?

«Se usa el nombre de mochila austriaca porque lo que se hizo en Austria fue eliminar todo el coste de despido y sustituirlo por esta cuenta individual. Aquí yo no creo que sea necesario eliminar todo el coste de despido, pues una parte del coste de despido ya va como adelantada».

«La ventaja que tendría esta mochila austriaca es que daría mucho dinamismo al mercado laboral. Por un lado porque digamos que hoy en día pues si una empresa va mal lo primero que se hace es despedir al más barato cuando debería despedir al menos productivo. También permite a la empresa ir adelantando en esta cuenta individual parte del coste de despido y por lo tanto financieramente para la empresa también es adecuado. Y luego el trabajador que muchas veces está en un empleo y no se quiere ir porque tiene miedo a perder toda la antigüedad que tiene ese empleo, pues también le permitiría poderse mover».

«Y luego con esta figura de los fijos discontinuos, o lo que vamos a ver en el futuro, también permitiría ir metiendo esos derechos en esa mochila y luego pues la puedes usar, pero en este caso tendrías que ampliar su uso. A mí se me ocurre que si ese adelanto, por así decir, del coste de despido o de derechos que van en esa mochila individual lo quieres usar para formación, pues lo puede usar. O incluso si es un joven pues le puede ayudar a emanciparse. O a dar para si quiere comprar una casa y le hace falta adelantar una cantidad de dinero, el
20% normalmente, también lo pudiera utilizar. De tal forma que sería como adaptar el estado de bienestar a un mundo que llega que es un poco distinto. Y luego por supuesto si no lo hace falta lo puede usar en la jubilación, que es como se pensó inicialmente».

¿Es el mejor momento para explicar este tema a nuestros políticos?

«Lo que hay que clarificar un poco son las causas de despido. Es decir, despidos improcedentes o despidos que son sin causa o simplemente porque quieres romper o vas en contra de los derechos del trabajador pues deben ser caros. Pero lo ocurre en España
es que todo se acaba pagando igual».

«Si se clasificaran las causas de despido y si hiciera sin lo que nosotros hemos llamado menos incertidumbre judicial, porque lo que ocurre aquí es que no están claras, por lo que se interpreta de diferentes maneras, esto facilitaría mucho la estabilización en el empleo».