La Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) ha instado a la Administración, comunidades autónomas y partidos políticos a materializar la profesionalización de los directivos de la salud y poner en marcha medidas realizables.
SEDISA recuerda que en el ámbito autonómico ya se están impulsando iniciativas en este sentido, como la Ley de Profesionalización de la Gestión en la Comunidad Autónoma de Madrid, que está a punto de ser aprobado por el Consejo de Gobierno para su tramitación parlamentaria. Desde SEDISA se aportaron comentarios al texto, en base a que «el reto es conseguir la profesionalización de la gestión sanitaria a través del desarrollo normativo necesario para que vaya más allá de las meras declaraciones de intenciones», explica Joaquín Estévez, presidente de SEDISA. «Necesitamos directivos con conocimientos, habilidades emocionales y de comunicación, liderazgo, creatividad e innovación, adaptación al cambio, visión de futuro, capacidad de síntesis y flexibilidad».
También se precisa de desarrollo profesional y experiencia para algunos puestos, para lo que SEDISA propugna establecer tramos de experiencia, en razón a la complejidad de las instituciones sanitarias. Reflejo de esta necesidad, son los concursos de libre disposición para cargos de gestión que posibilitan que los profesionales que estén interesados se puedan presentar, como los impulsados para puestos gestores y decisores desde las consejerías de Asturias, Castilla y León, Castilla La Mancha y Andalucía. «Esperamos que, más allá del legítimo y necesario debate político no se frene el avance hacia la profesionalización de la gestión sanitaria, en tanto en cuanto conllevará una mejora de los resultados en salud, de la eficiencia del sistema y de la orientación del modelo sanitario a la cronicidad y al paciente», comenta el presidente de SEDISA.
Del mismo modo, SEDISA destaca la necesidad de establecer un Pacto por la Sanidad entre todas las entidades implicadas en el sistema sanitario, con el fin de garantizar calidad y eficiencia, mejorar la estructura, organización y funcionamiento de las instituciones y, por tanto, de los resultados económicos-asistenciales de la prestación de asistencia sanitaria. Mientras, es necesaria la puesta en marcha de líneas de trabajo en el mismo sentido, con el fin de eliminar bolsas de ineficiencia e invertir en lo más eficiente y optimizar los recursos existentes.
Algunas comunidades autónomas están llevando a cabo medidas en esta dirección, como Andalucía, con el establecimiento de la Gestión por Competencias y la Gestión Clínica, o Madrid, con el Plan Integral de mejora de Lista de Espera Quirúrgica y de Pruebas Diagnósticas, que está permitiendo la aplicación de medidas de eficiencia entre las que se incluyen la optimización de los recursos existentes y la apertura de quirófanos en horario de tarde, o los “Contratos de Gestión”, en los que se valoran tanto criterios de accesibilidad para el ciudadano, como de calidad y de cumplimiento presupuestario, la orientación hacia la concentración de la complejidad y la reorganización asistencial en base a criterios técnicos. También en la misma línea es destacable el proyecto Osabide Global, el sistema de Osakidetza para la gestión de la carpeta de salud y el historial médico y que, además, contempla de forma fundamental la atención sociosanitaria.