Recién acabado este verano ochentero, y a las puertas de un otoño todavía pandémico, refrescamos algunos retos y preguntas necesarias.
1.- Covid-19 ha sido un acelerador de tendencias, y especialmente, ha disparado la automatización y digitalización. En 6 meses se ha avanzado lo previsto para 6 años. ¿Estamos preparados para aprovechar todas las oportunidades de este futuro anticipado?
2.- La digitalización es una mentalidad, una forma diferente de relacionarse y de trabajar. Por eso lo relevante no es el trabajo en remoto, sino “cómo somos cuando teletrabajamos”.
¿Somos conscientes de que esta nueva manera de trabajar representa el cambio cultural que nos impedía avanzar en la transformación digital?
3.- A medida que la automatización convulsiona y renueva el mercado laboral, afectando a millones de puestos de trabajo, el aprendizaje es la gran respuesta colectiva, pero sobre todo individual.
Nuestra mayor responsabilidad personal. Como dice Martín Varela “a nadie le aprenden”. ¿Estamos listos para aprender a aprender y a pensar por nosotros mismos?
4.-. Tras la experiencia del confinamiento, muchas empresas han preferido retroceder a la certidumbre de un pasado que ya no existe, frente a seguir progresando hacia un futuro incierto.
La inercia siempre nos lleva al pasado. ¿Contamos con el liderazgo adecuado para orientar y guiar a nuestra organización para avanzar hacia territorios inexplorados?
5.- La termita demográfica sigue haciendo silenciosamente de las suyas.
Por un lado, el desplome de la tasa de fecundidad, 1,2 hijos por mujer, ha atravesado ya el umbral Lowest-Low Fertility Rate, que predice que a finales de siglo podremos perder el 50% de la población española, 23 millones de habitantes, con su impacto negativo en PIB, consumo, impuestos y talento.
Por otro lado, nuestra longevidad sigue aumentando con muy buena salud para seguir trabajando hasta los 74 años, a pesar de seguir expulsando y discriminando del mercado laboral a los mayores de 50 años.
Además, pronto pasaremos de 10 a 15 millones de pensionistas. Las costuras del sistema de pensiones revientan ¿Contamos con la determinación para gestionar el reto demográfico dentro de nuestras organizaciones?
6.- Nuestro modelo de empleo es un desastre para los más jóvenes.
Vaya bien o mal la economía, las tasas de desempleo juvenil son inaceptables.
A julio de este año ya hemos alcanzado una tasa de desempleo juvenil del 41,7%, el mayor de la UE.
Es una generación que enlazará una segunda recesión sin haber salido de la anterior.
Empleo escaso, con salarios cada vez más reducidos y una vivienda inaccesible define a una generación perdida.
¿Nos podemos permitir dejar sin futuro a una generación? ¿no deberíamos aprovechar para resetear el modelo actual en vez de reconstruir un modelo económico-laboral que no genera empleo suficiente y de calidad?
Seis reflexiones y seis preguntas que nos interpelan, porque nosotros, los de entonces, aquellos que creemos que en este tiempo de tribulación toca hacer mudanza, seguimos siendo los mismos.
People Strategy en Foro Recursos Humanos