En este momento de coronavirus vivimos una de las etapas más complicadas: la resistencia.
La cuarentena que vivimos tiene varias etapas, que afectan a las emociones de las personas de manera muy singular.
La primera fue la fase de incredulidad, en la que vivimos momento de confusión y mucho miedo provocados por la información imprecisa, los rumores y los fake news.
Sin olvidarnos del axioma «a nosotros no nos va a pasar».
La siguiente etapa fue la de preparación, en la que planificamos que hacer y muchos se dedicaron a almacenar cosas (por ejemplo, papel higiénico).
Adaptarnos a nuevos hábitos, rutinas y, por ejemplo, el teletrabajo es conocida como la fase de ajustes.
Resulta curioso que en esta fase hemos descubierto quien trabaja y quien no hace nada por trabajar.
Pasamos a la etapa de aclimatación, en la que hemos afianzado los ajustes, haciendo frente a la ansiedad y al aburrimiento.
En ese momento, tan reciente, ha sido importante desarrollar retos ilusionantes en las organizaciones y aumentar las capacidades de acuerdo a los mismos.
Y llegamos a la resistencia. Posiblemente unos de los momentos más complicados emocionalmente hablando, porque la tensión que todos tenemos debido a la restricciones afectan a nuestro estado de ánimo.
Las incertidumbres han pasado malas jugadas a muchas personas en este momento.
Llegará el momento del alivio, ante la desescalada y buenas sensaciones que supondrán para muchos de nosotros.
Ahora bien, la crisis económica y la crisis del empleo estarán muy presentes.
Y, finalmente, la fase de temor. Será importante no olvidarnos que ha ocurrido en estos meses.
Volver a las andadas será la mejor muestra de no haber entendido qué ha pasado y qué hemos pasado emocionalmente.
Resistencia es la palabra de moda hoy. Resistiré del Duo Dinámico se ha convertido en el himno de muchos españoles, la serie La Casa de Papel o la campaña de Cerveza Galicia son sólo algunos ejemplos de esta situación.
Resistiré deriva del latín «sistire» o asegurar una posición y «re» o intensificar una acción.
Por tanto, es momento, este de la resistencia, de tener muy claro como cuidar la salud emocional de quienes trabajan con nosotros, de nuestras familias, de nuestros hijos y de nuestros iguales.
Como señala Tomás Pereda, llegar a una nueva normalidad, que nadie se quede atrás y de conocer cómo muchas empresas han sabido estar a la altura con su gente, mejorando la productividad y con un alto índice de satisfacción.
Y de aquí a tratar de vivir la próxima etapa de este confinamiento que nos llevará a un Nuevo Mundo, a descubrir nuevas formas de trabajo mucho más cercanas a la tecnología y al cuidado de la salud emocional.
CMO – Marketing – Transformación Digital en AZC GLOBAL