Llega a mi manos en el día a día una “vieja historia”. La cuento hoy detalladamente.
Se celebraba en San Francisco un gran evento sobre liderazgo y cambios en las organizaciones con motivo del 50 Aniversario de Naciones Unidas. Dos días de conferencias con grandes ponentes y sesudas reflexiones sobre el capital humano. Los asistentes pagaban 5.000 dólares por estar allí. Sin embargo al terminar, en las evaluaciones la mayoría no resaltó a ninguno de esos especialistas. Prefirieron quedarse con una conferenciante que ni siquiera estaba en el programa: la madre Teresa de Calcuta. Invitada al evento subió al estrado y en poco más de 30 segundos cambió todo con su voz suave y pocas palabras.
Santa Teresa de Calcuta impresionó con unas sencillas palabras a un auditorio selecto que buscaba soluciones de nuevo liderazgo. A saber. “Si queréis que vuestra gente cambie, pensad: ¿Conozco a mi gente? ¿Quiero a mi gente? Porque si no conocéis a las personas, no habrá comprensión y si no hay comprensión, no habrá confianza y si no hay confianza no habrá cambio.”
Porque si no hay amor en los que hacéis no habrá pasión y si no hay pasión, no estaréis preparados para asumir riesgos, y si no estáis preparados para asumir riesgos, nada cambiará”.
La cultura en nuestras organizaciones debe tener “de esa pasión”. Una pasión que se traslada hacia dentro y fuera de las marcas que son conducidas por personas. Una cultura que hace posible la transformación. Una cultura que debe día a día incrementar la fortaleza, confianza y el compromiso de los empleados.
Francisco García Cabello
Director y Fundador del Foro RRHH de AZC GLOBAL