Las empresas deberán invertir en ventas, gestión de la fuerza laboral, publicidad y servicio al cliente para recuperarse del impacto del COVID-19. En este sentido, el 48% de las pymes encuestadas por Sage, afirman que invertirán en digitalización. Como parte de su estrategia empresarial para adaptarse a la nueva normalidad.
A su vez, muchas empresas deben establecer políticas para equilibrar el trabajo en remoto y la automatización de procesos.
Estando en un contexto, en el que las pymes deben valorar todas las vías que ayuden a maximizar la eficiencia y eviten costes añadidos. Un entorno que actualmente exige adaptación en tiempo récord.
Por su parte, el 64% de las pymes se plantean no trabajar con proveedores o empresas deficitarias en implantación tecnológica. Por considerarlas incapaces de anticiparse a los requerimientos del cliente. Ya que la actualidad requiere redoblar esfuerzos en todas las áreas de las empresas.
Un ejemplo de acción de adaptación es prescindir de la infraestructura local, a favor del almacenamiento de datos en la nube. Permitiendo mayor rapidez en los procesos y comunicación de las empresas, y eliminando costes.
Pero es un proceso tecnológico que pone a las personas en el centro de la estrategia, potenciándolas, pero no sustituyéndolas. Para alentar al personal de la incorporación de las nuevas medidas, las pymes han de verlo desde una perspectiva integral. Es decir, con procesos de comunicación, cultura, formación y trabajo.
«Las pymes requieren flexibilidad, claridad en la orientación, procesamiento rápido y estímulo para impulsar la digitalización en la estructura del negocio. Las nuevas tecnologías, la automatización y el compromiso con los trabajadores ayudarán a incorporar la resilencia, la eficiencia y las bases para una recuperación sólida y sostenible». Señala Carles Ransanz, VP Direct Sales & Enterprise Market de Sage España.