Con motivo del Día Internacional de las Habilidades de la Juventud (World Youth Skills Day), declarado por las Naciones Unidas, HAYS preguntó a más de 17.600 encuestados de todo el mundo si creían que los jóvenes tienen las habilidades necesarias para incorporarse al mercado laboral al terminar sus estudios. El 69% respondió que no, frente a un 31% restante que afirmaba que sí.
En otra encuesta, HAYS preguntó a casi 12.500 encuestados por qué creían que los jóvenes no podían adquirir las habilidades necesarias para asegurar su empleabilidad. Casi la mitad (45%) de los encuestados afirmaron que la falta de oportunidades relevantes era el principal obstáculo para conseguirlo, mientras que el 28% creía que era por la falta de información sobre carreras profesionales y habilidades clave. El 14% consideró que el obstáculo principal es la dificultad de acceso a la educación y el 13% la falta de herramientas y tecnología adecuadas.
Tras observar los resultados, Alistair Cox, CEO de HAYS a nivel global, explica que «a las organizaciones les interesa garantizar que quienes se incorporan al mercado laboral estén provistos de las habilidades necesarias y que se les ofrezcan oportunidades. Por ello, las empresas y los instituciones educativas deben trabajar juntas para abordar estas cuestiones».
El desarrollo de habilidades durante la educación, clave en la entrada al mundo laboral
La pandemia mundial ha tenido un impacto negativo en las personas que están estudiando y ha afectado a sus oportunidades laborales. Muchos jóvenes no han podido tener una introducción convencional al mercado laboral, lo que dificulta que los estudiantes que finalizan sus estudios, o están al principio de sus carreras, adquieran la experiencia necesaria.
La tecnología también está transformando muchos aspectos del mercado laboral. Por este motivo, las habilidades que buscan las empresas cambian continuamente. En consecuencia, el asesoramiento profesional y las competencias que se enseñan corren el riesgo de quedarse atrás respecto a lo que se requiere en el mercado laboral actual.
«Es necesario que se establezca una mejor conexión entre las empresas y las instituciones educativas, para entender realmente qué habilidades se necesitan y garantizar que los jóvenes estén mejor preparados para el mercado. El asesoramiento profesional que se ofrece a los estudiantes debe ser sólido y estar mejor adaptado a las necesidades de las empresas. Hay más datos que se pueden poner a disposición de los jóvenes para ayudarlos a tomar decisiones más informadas sobre su futuro», explica Alistair Cox.
Los líderes empresariales también pueden facilitar el intercambio de consejos prácticos, honestos y reales sobre las carreras profesionales a los jóvenes que aún están estudiando, a través de programas de mentores o los días de experiencia laboral en la industria.
Según Cox, «apoyar a los profesionales jóvenes para que tengan una base sólida para una carrera profesional de éxito a largo plazo es vital para nuestra futura cantera de talento y para subsanar las lagunas de competencias a largo plazo. Las empresas pueden ayudar a salvaguardar la brecha entre la experiencia académica y el mercado laboral, trabajando con las escuelas y universidades para ayudar a
generar un plan de estudio sobre el cual estemos convencidos de que es lo más relevante posible para la nueva era del trabajo».
La importancia del soporte adicional en el inicio de la inserción laboral
Las empresas también deben tener en cuenta que aquellas personas que salen del entorno educativo pueden necesitar soporte adicional para desenvolver sus habilidades. Las organizaciones pueden utilizar la formación para garantizar que el nuevo personal desarrolle las habilidades necesarias. La tutorización, el asesoramiento, la participación en proyectos, la formación en el puesto de trabajo y las oportunidades de crecimiento también contribuirán a que el personal de nuevo ingreso tenga la base necesaria para comenzar con éxito su carrera profesional.
«Algunas organizaciones implementan un plan de tutoría bidireccional en el que compañeros sénior y júnior se forman mutuamente con habilidades y conocimientos relevantes. Esto aumenta la confianza de estos profesionales de dos maneras: en primer lugar, ofreciéndoles la posibilidad de desarrollar habilidades útiles y, en segundo lugar, demostrando que su conjunto de habilidades actuales y experiencia tiene un valor real», señala Cox.
Las organizaciones también deberían pensar en ir más allá de los requisitos previos establecidos. Alistair Cox, ya lo ha mencionado anteriormente, “no debería importar a qué universidad ha ido un candidato, o incluso si ha ido a la universidad. Lo que importa es que sea la persona idónea para el puesto. Lo que importa es su potencial. Así pues, el foco no debería estar puesto únicamente en la educación universitaria».
Si las organizaciones quieren beneficiarse de las futuras bolsas de talento, deben asumir la responsabilidad de preparar a los jóvenes para el mercado laboral y ayudar a enriquecer su potencial. Si no lo hacen, corren el riesgo de perder una generación de profesionales y de talento.
