El pensamiento crítico nos hará libres
El poder, en general, siempre ha recelado de las personas que piensan por su cuenta.
El mismo término de “librepensador”, nunca ha estado bien visto por su rechazo a todo dogmatismo, al sostener que la búsqueda de la verdad debe formarse sobre la base de la lógica, la razón y el empirismo.
Sin embargo, el pensamiento crítico estuvo en el origen del Renacimiento, el Humanismo y la Ilustración, y hoy recupera una mayor importancia y protagonismo por dos motivos fundamentales.
El primero, ante la llegada de la automatización y nuevas tecnologías, la llamada 4ª Revolución Industrial.
Y el segundo, para protegernos de la enorme influencia que ejercen sobre nosotros estrategias interesadas de creación de opinión no fundamentadas.
En primer lugar, a medida que la tecnología nos adentra en nuevos territorios a gran velocidad, se necesita que aprendamos a pensar por nosotros mismos sobre “cómo son las cosas”.
Que descubramos la realidad de lo desconocido, y nos preguntemos “para qué son” estas nuevas cosas y “cómo merecen ser vividas”.
Mientras que los robots vayan sustituyéndonos en el razonamiento predecible y automatizable, el pensamiento crítico, como capacidad más humana, que nos permite pensar mejor y elaborar mejores juicios, seguirá siendo no solo más necesario, sino zona exclusiva para la persona y vetada para las máquinas.
El mundo empresarial ya no necesita sólo un profesional instruido, sino un adulto reflexivo, razonable y que piense por sí mismo.
En segundo lugar, el pensamiento crítico nos ayuda, tal como afirma el filósofo Lipman, “a protegernos contra el hecho de creer, de manera forzosa, lo que nos dicen los demás, sin que tengamos la oportunidad de investigar por nosotros mismos”.
Sabemos que un uso perverso de Big Data, neurolingüística, redes sociales e inteligencia artificial puede llegar a manipular nuestro pensamiento hacia comportamientos deseados por los demás.
Como un gran mentalista cuando logra inducir en nosotros la respuesta deseada por él mismo.
No es fácil sustraerse a las corrientes de opinión mayoritarias. Lo sabemos. ¿Ustedes se creen todo lo que leen y escuchan, y se sienten capaces de desarrollar un criterio propio?
Como expresa el filósofo Lledó, ¿para qué sirve la libertad de expresión cuando no se sabe pensar, se carece de sentido crítico, y no se sabe ser intelectualmente libre?
Importante saber que el pensamiento crítico es una habilidad que todos podemos desarrollar, a través del perfeccionamiento de las destrezas de razonamiento y un uso adecuado de criterios, entre otras cuestiones.
Implica diálogo consigo mismo y con los demás, y requiere aprender a preguntar, a escuchar y a responder.
Como dice el profesor Gerardo Castillo, “quien piensa por cuenta propia realiza más descubrimientos, se hace más libre y menos manipulable”.
Volvemos la vista a lo más genuinamente humano, porque nosotros, los de entonces, aquellos que sabemos que el pensamiento crítico nos hace más libres, seguimos siendo los mismos.