Cuando se habla de Movilidad Internacional lo primero que nos viene a la mente son todas aquellas características y aptitudes que convierten a una persona en un “perfil altamente cualificado” y que le puedan llevar a ser un candidato a la expatriación a otro país.
Según la lógica más aparente para ellas, las grandes compañías piensan en la Movilidad Internacional a partir del Área de Negocio, que es el “cerebro” de toda operación nacional o internacional y al cabo, la razón de ser de toda empresa. A más negocio, más consolidación en el mercado y mayor crecimiento.
De ahí que el Área de Negocio normalmente tome sus decisiones de equipo en base al proyecto y a partir de éste en base a los “perfiles” de sus empleados. Y realmente lo lógico sería ésto, si no fuera porque los empleados son personas y no todas las personas tienen las mismas aptitudes, ni las mismas capacidades, como pueden ser, sin ir más lejos, aquellas capacidades de adaptación que pueden ayudar a que una persona se adapte a un nuevo entorno, o no, independientemente de que ésta sea la persona con mayor formación de la empresa.
Al final lo que tenemos que pensar y tener en cuenta es en que todo lo que conlleva una movilización a otro país es una cuestión personal, porque se basa en las personas. Es decir, ¿hay algo más personal que la búsqueda de un nuevo hogar a cientos de kilómetros de tu país de origen, o de tener la certeza de que tu familia está bien y segura?
Da igual el perfil profesional de un empleado, da igual su formación, su experiencia o su conocimiento sobre un proyecto… si esa persona no posee las capacidades de adaptación y de integración adecuadas, o sus necesidades básicas no están cubiertas, ese profesional no podrá realizar la labor para la que ha sido elegido entre varios candidatos por ser el mejor para poder llevarla a cabo.
Es por esto que el Departamento de Recursos Humanos y dentro de él, quienes estén encargados del Área de Movilidad Internacional, tienen que poner el contrapunto a la operación. Es decir, si el Área de Negocio es el cerebro, Recursos Humanos tendrá que ser el corazón.
Muchas veces es tan fácil como pararse unos minutos, ponerse en lugar del profesional que va a ser movilizado y pensar: “Si fuera yo, ¿qué necesidades mínimas tendría que tener cubiertas para poder expatriarme con total tranquilidad?”
Y por supuesto, después entrarían todas las partes técnicas de la operación, normalmente indicadas por la política de Movilidad Internacional de las empresas. Esas necesidades serían cubiertas en mayor o menor medida en base al tipo de desplazamiento, duración, destino, labor a realizar… etc. Pero las necesidades básicas, las necesidades que toda persona requiere en su día a día para estar y sentirse bien, siempre tendrían que ser tomadas en cuenta. Por que sí, la Movilidad Internacional tiene que ver con personas, no con perfiles profesionales, y las personas en una empresa son lo más importante de todo.
Fuente: Imagine Global