La Inteligencia Artificial se ha convertido en una de las tecnologías más prometedoras de nuestro tiempo. Tanto es así que la UNESCO considera que está impulsando la cuarta Revolución Industrial. Sin embargo, tal y como pasa en el sector tecnológico, existe una profunda brecha de género en cuanto a los profesionales que participan y lideran el diseño, desarrollo y puesta en marcha de los sistemas de IA, pues tan solo el 22% son mujeres, según datos del Foro Económico Mundial de la UNESCO.
Desde Adalab, la primera escuela de España especializada en formación tecnológica para mujeres que quieren reinventarse en el sector de las TIC, alertan sobre este dato y avisan sobre los riesgos y consecuencias que puede ocasionar el desequilibrio de género en la IA.
Sesgos y discriminación en los datos utilizados
Si los datos recopilados y procesados para entrenar algoritmos de IA contienen sesgos de género, es probable que la IA también los refleje en sus resultados. Un ejemplo claro es el caso del sistema de Inteligencia Artificial que revisaba los curriculums de las personas que optaban a puestos de trabajo en Amazon. La herramienta recomendaba mayoritariamente a hombres porque se nutría del histórico de contrataciones de la multinacional, donde destacaba la presencia masculina.
Por eso es necesario prestar especial atención en el procesamiento y limpieza de los datos para evitar crear automatizaciones con información con sesgos de género en decisiones tan relevantes como las contrataciones laborales.
Cerrar la brecha de género en la industria tecnológica y especialmente en el sector de la IA es necesario para construir algoritmos inclusivos. Si el entrenamiento y codificación de estas herramientas lo hacen -mayoritariamente- hombres, es altamente probable que transmitan en estos procesos sus propias creencias, vivencias, valores y perspectivas. Si se consigue una representación equitativa, las mujeres podrían sumar su visión sobre los mismos aspectos y construir así un futuro tecnológico más beneficioso para toda la sociedad.
«Si la IA se utiliza para optimizar la toma de decisiones empresariales y esta información no cuenta con un tratamiento objetivo y una perspectiva de género, perpetuará la infrarrepresentación de las mujeres en sectores tradicionalmente masculinos. La IA llegó para facilitar la vida de las personas y no podemos permitir que se convierta en una herramienta discriminatoria que perpetúe la desigualdad de género. Por eso, desde Adalab fomentamos la educación tecnológica para mujeres, para acercarlas a las industrias que las necesitan y que, además, mejorarán su calidad de vida», comenta Inés Vázquez Ríos, cofundadora & CEO de la escuela de formación tecnológica para mujeres, Adalab.
Falta de representación femenina en sector tech: barreras de acceso y falta de oportunidades
Según Adalab, la falta de diversidad de género en los equipos de Inteligencia Artificial puede llevar a que no se consideren las necesidades, experiencias y perspectivas de las mujeres.
Las desigualdades de género en la educación (solo el 0,5 % de las adolescentes de 15 años de los países de la OCDE aspira a ser una profesional de las TIC, en contraste con el 5 % de varones), el empleo y la representación en la tecnología (en España, las mujeres ocupan solamente el 23% de los puestos de trabajo en el sector TIC), pueden limitar la participación de las mujeres en la creación, el desarrollo y la aplicación de sistemas de IA.
Esto podría fomentar la creación de sistemas de Inteligencia Artificial que no sean adecuados o precisos para abordar los desafíos y las realidades que enfrentan las mujeres en distintos contextos, lo que podría llevar a la creación de algoritmos que tienen una perspectiva limitada sobre los problemas de las mujeres.
Desigualdad económica y laboral
Si las mujeres y personas de género diverso tienen barreras de acceso a la formación en tecnología e Inteligencia Artificial, verán perjudicado su desarrollo económico y profesional por no poder optar a los puestos de trabajo actuales y a los que se prevé que se crearán en el futuro de este sector en auge. Esta situación se traduce en quitarles oportunidades de acceso a empleos con mejores salarios, mayor crecimiento profesional y conciliación.
Sobre este planteamiento, Inés Vázquez Ríos, comenta que «hacer que esto no ocurra es uno de los grandes retos que se nos plantean y, por eso, es necesario que haya más representación femenina en la investigación y el desarrollo de la IA. Por eso, en Adalab apostamos por formar a las mujeres en tecnología desde cero, para ayudarlas a reconducir sus carreras profesionales a trabajos con mejores condiciones de conciliación y donde puedan aportar su grano de arena a la acelerada transformación digital que vive el mundo».
Una de las soluciones para fomentar el papel de las mujeres en la Inteligencia Artificial y garantizar su presencia en el sector de la tecnología es la formación. Por este motivo nació en 2016 Adalab, la primera escuela tech de España para mujeres.
Con la industria tecnológica en pleno proceso de expansión, con alta demanda de perfiles cualificados y ante la baja presencia femenina trabajando en el sector, Adalab ha conseguido formar con sus bootcamps de ‘Programación Web’ y ‘Data Analytics’ a más de 750 mujeres que hoy en día trabajan para más de 300 empresas como: BBVA IT España, Amazon, Openbank, Accenture, Decathlon, Vueling, Microsoft o Cabify.