Acertada pero con alguna incongruencia. Esta fue la reflexión que compartieron los invitados a la mesa redonda sobre la Reforma Laboral que se celebró ayer en ESADE Madrid. La reunión, organizada por el Club de Dirección de Personas y ESADE Alumni, y patrocinado por Mercer y Vida Caixa, tenía como objetivo pulsar la opinión de aquellos profesionales encargados de ejecutar esta polémica Ley Orgánica, los responsables de recursos humanos.
Para Javier Sierra, director de Relaciones Laborales de Vodafone en España, “la crisis ha puesto de relieve las debilidades del mercado laboral”, y la actual reforma actúa en su epicentro ya que, “mientras las anteriores se centraban en cómo se entra o cómo se sale, ésta se detiene en el cómo se está en la empresa”. “Sin embargo –matizó-, no creo que haya hecho mucho para el fomento de contratación o la formación. La creación de empleo va más ligada al crecimiento de la economía, las relaciones sindicales y la interpretación judicial de la Ley”.
La falta, aún, de esta última, es una de las principales preocupaciones de Esther Duarte, directora de Recursos Humanos de Aldesa, quien confirmó que “he ido a muchas conferencias cargada de preguntas y he vuelto con la misma respuesta siempre: no hay jurisprudencia”. Y no ha podido esperar. Con un ERE en diciembre y otro en abril, es decir, antes y después de la aprobación de la Reforma, Duarte ha encontrado incongruencias y una “especial psicosis en el área de servicios, donde los empleados se han radicalizado porque piensan que la Ley permite a la empresa hacer lo que quiera”. Por otro lado, ve favorables bastantes puntos como los relacionados a la flexibilidad interna, y los despidos disciplinarios –“ahora ya podemos arriesgar si sabemos que tenemos razón”- y los colectivos. ¿Un error? “El querer regular a todas las empresas por igual, ya sean multinacionales o micropymes”.
Según Juan Gorostidi, director de Relaciones Laborales de Banco Santander, la Reforma Laboral “sí es de calado; no una refolución o transformación, pero sí una modernización y adaptación a los sistemas actuales”. “Se apoya en el concepto de flexiseguridad –explicó-, y aunque los objetivos sean los mismos que en las leyes anteriores; es un gran avance en medidas de flexibilidad interna y externa”. “Por ejemplo, ya no hay necesidad de utilizar la expresión ERE porque ya no es una medida de tanta envergadura”, concluyó.