¿Estamos en manos del mejor talento?
Nos consta, que muchas organizaciones activaron sus protocolos de crisis bastante antes que muchos gobiernos.
Partiendo de esta experiencia ¿cabría esperar el mismo comportamiento ante futuros riesgos parecidos?
¿Existe alguna razón lógica para pensar que se actuará de manera diferente?
Esto nos lleva a otra reflexión ¿pensamos que nuestro actual modelo de democracia garantiza que nuestros gobernantes forman parte del mejor talento de la sociedad?
Según la Real Academia Española, talento se define como “persona inteligente o apta para determinada ocupación”.
Y si buscamos el significado de “apta”, la define como “capacidad para operar competentemente en una determinada actividad”.
Sabemos, que para ingresar en la alta administración del Estado se necesitan superar pruebas de acceso altamente exigentes.
Una oposición que asegura que, quienes acceden, poseen los conocimientos y habilidades que garantizan su capacidad para operar competentemente.
También sabemos, que las mejores empresas del mundo siguen compitiendo, a muerte, por el mejor talento disponible en el planeta, porque saben que es el activo más valioso para poder crecer, progresar y sobrevivir.
Para ello, buscan y evalúan obsesivamente, a los profesionales más competentes, no sólo respecto a sus conocimientos y habilidades, sino también respecto a sus valores, cualidades personales necesarias para construir una organización basada en el dialogo, respeto, integridad, aprendizaje y trabajo en equipo.
Pilares esenciales en cualquier comunidad. Lo tienen muy claro.
De la misma manera que existen procesos que garantizan el acceso al Estado o a la empresa del mejor talento ¿podríamos afirmar lo mismo en la gobernanza pública?
Además de la ideología, ¿cuáles son los méritos que capacitan para gobernar una de las organizaciones más importantes, como es una nación?
¿Cuentan los partidos políticos con procesos que garanticen que progresan los más capaces para gobernar?
¿Qué tipo de conocimientos, habilidades y actitudes definen la carrera profesional de un militante de partido?
¿Qué experiencia profesional e historias de éxito y fracaso se exigen en la carrera de un militante que aspira a gobernar una nación?
Inevitables preguntas cuando sabemos que la gestión del talento es el secreto del éxito de las mejores organizaciones del mundo.
Estos días se cumplen 70 años del sueño impulsado por Robert Schuman para conseguir una Europa unida.
Una época que vio también la creación del Estado del Bienestar, el nacimiento de la ONU y la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Parece que, a partir de ahí, el tiempo de las grandes creaciones se detuvo.
¿Garantiza el sistema actual que nos gobierne el mejor talento? Esta es la pregunta.
Porque nosotros, los de entonces, aquellos que aspiramos a que la gestión del talento contribuya al gobierno de los mejores, seguimos siendo los mismos.