En la actualidad hay 1.709.700 desempleados mayores de 45 años, es decir, un 36% del total nacional. Según el VIII Informe «Tu Edad es un Tesoro», elaborado por la Fundación Adecco, el 70% de estos mayores de 45 años no sigue una estrategia correcta de búsqueda de empleo.
Según explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: «nos encontramos con muchos casos de mayores de 45 años con grandes competencias y actitudes para el empleo, pero que sin embargo desconocen cómo ponerlos en valor. Ello, unido a los prejuicios que aún siguen existiendo en muchas empresas, merma en gran medida sus oportunidades laborales».
El estudio revela que el 64% no sintetiza la información y presenta un currículum demasiado largo; además, 8 de cada 10 no lo adapta a las necesidades de la oferta concreta. Asimismo, el 70% se limita a describir las funciones desempeñadas en sus puestos de trabajo, sin destacar los logros alcanzados; y sólo un 26% utiliza las Redes Sociales como canal para buscar empleo.
Respecto a los prejuicios, el 71% acude a las entrevistas de trabajo con gran inseguridad, al pensar que su edad será un hándicap para ser seleccionado. El director general de la Fundación Adecco lo corrobora: «En efecto, siguen existiendo importantes prejuicios en el seno de las empresas que lastran las oportunidades laborales de los desempleados senior. Entre ellos:
- El mayor de 45 años estará sobrecualificado y exigirá contratos más estables y/o mejor remunerados.
- El mayor de 45 años estará menos preparado que el joven, menos familiarizado con las Nuevas Tecnologías y le costará mucho más interiorizar la dinámica del puesto.
- El mayor de 45 años será menos flexible para hacer horas extra o viajar.
Todas estas creencias estereotipadas pesan mucho en los procesos de selección, dificultando el acceso de los senior a las empresas».
Francisco Mesonero concluye asegurando que «las empresas deben apostar por los senior por su talento, dando por clausurada la etapa de discriminación al trabajador mayor de 45 años, no sólo porque están en el ecuador de su vida profesional y son altamente competentes, sino porque nuestra sociedad, en máximos históricos de envejecimiento, necesita de su talento para garantizar la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social«.