La FED, Federación Empresarial de la Dependencia, muestra por su preocupación por las consecuencias que el nuevo modelo de acreditación de centros aprobado por el Gobierno tendrá en la oferta de plazas y servicios a los dependientes, ya que al frenarse la inversión y al aumentar en torno a un 50% los precios que tendrán que sufragar los dependientes y sus familiares, las medidas aprobadas serán contraproducentes para el sector.
Sin el apoyo de patronales ni sindicatos
Como asegura Ignacio Fernández-Cid, presidente de FED, “desde la patronal tenemos el firme convencimiento de que hemos perdido para adoptar unas medidas que verdaderamente impulsaran al sector a una mejora continua, con un entendimiento profundo del modelo actual y con un análisis técnico y financiero que las acreditaran”. Sin embargo, “el nuevo modelo que ha aprobado el gobierno, sin el apoyo de patronales ni sindicatos y con la oposición de nueve comunidades autónomas que representan el 71,4% de la población del país, lo único que va a conseguir es frenar radicalmente la inversión en nuevos centros”.
Tal como señala el presidente de FED, España aún requiere de 75.000 camas más para llegar al 5% recomendado por la OMS. Lo cual implica un parque de residencias obsoleto que hace inviables los servicios a domicilio. Dice Fernández-Cid: “Consideramos además que los principales perjudicados del modelo aprobado serán los propios dependientes y sus familias (más de 180.000 residentes privados) que se encontrarán sin la oferta necesaria para recibir la atención que requieren y a unos precios en torno a un 50% superiores a los actuales”.
90 horas al mes
Además, desde FED muestran su preocupación por la propuesta del Gobierno en materia de asistencia a los dependientes en su hogar: “Tenemos que apostar por un modelo centrado verdaderamente en la persona, dónde el dependiente pueda elegir su centro independientemente de si es público o privado. Nosotros también consideramos que lo ideal es que las personas podamos vivir en nuestro hogar, pero hay grandes dependientes que requieren unos cuidados muy específicos que solo se los pueden ofrecer profesionales cualificados. La propuesta del Gobierno es que estos grandes dependientes vivan en su casa con una ayuda domiciliaria de 90 horas al mes en su máxima intensidad, lo que supone unas 3 horas al día, realmente nos preocupa sobre quién recaerá el peso del cuidado del dependiente las otras 21 horas restantes del día”.
Los baby boomers envejecen
Por último, el presidente de FED añade “Actualmente hay en promoción y construcción más de 38.500 plazas en España y durante la negociación ya se ha notado una ralentización en su crecimiento. Se apuesta por un modelo que se desarrolla en los países más ricos de Europa, donde destinan entre el 2,5 y el 3% de su PIB a Dependencia y España no llega al 1%. En un país envejecido como el nuestro y con la llegada a la tercera edad de los baby boomers, los esfuerzos del sector tendrían que haberse centrado en crear una red de centros y servicios para dependientes que sea sostenible y asumible para el bolsillo de los dependientes, sus familias y las instituciones públicas que conciertan plazas y, consideramos que se ha apostado por justo lo contrario”.