La empresa para Juan José Almagro, Director de Comunicación y RSC de Mapfre, es como «El reloj de arena».Por ello tituló de ese modo uno de sus libros que está a punto de entrar ya en su tercera edición.
Durante los últimos años Almagro ha sido responsable de la gestión de personas de la citada compañía aseguradora, y conoce a fondo este área de la empresa que prefiere denominar como departamento de «relaciones humanas».
«El reloj de arena» es un modo de expresar gráficamente a la empresa, situándose en un extremo el directivo y en el otro los empleados, quedando en el cuello estrecho del reloj los directivos, jefes y mandos intermedios.
«Si estos últimos saben ejercer su función, la empresa funcionará ya que permitirá la fluidez entre los que están arriba y los que están abajo» afirmó Almagro.
En «El Foro de los Recursos Humanos» destacó Almagro especialmente que «estamos en un momento clave en el que todos los temas relacionados con las personas van a tener una importancia creciente ya que son el recurso más importante con el que cuentan las empresas».
A juicio de Almagro, la empresa es como un submarino, «la presión al sumergirse es externa e interna y llega a buen puerto si es capaz de superar todas las presiones y asume el reto de comunicarse eficazmente involucrando a las personas en un proyecto común de directivos y empleados».
>>Escucha la entrevista de Francisco García Cabello, Director del Foro, a Juan José Almagro, Director de Comunicación y RSC de Mapfre:
En la tertulia «Punto de Encuentro» del programa anoche intervinieron Juan Llimona, Consejero Delegado de Dopp Consultores, y José Antonio Carazo, director de Capital Humano.
Desde la perspectiva de Juan Llimona, hoy es clave en las empresas «la involucración y el compromiso de las personas para que la cadena de comunicación entre la dirección y los empleados funcione».
A juicio de Almagro, hay que diferenciar entre «líder y jefe» figuras que no siempre coinciden. Desde su perspectiva, hoy las empresas no necesitan tanta competitividad «sino empleados educados como persona. La empresa debe contribuir a la formación».
