La pandemia covid puso contra las cuerdas a un sistema sanitario donde sindicatos, asociaciones, personal y pacientes reclamaban mejoras antes incluso del colapso de hospitales, ambulatorios y residencias. En este contexto, y a pesar de haberse superado el coronavirus, se ha vuelto a poner encima de la mesa una propuesta enarbolada por varios agentes sociales. Se trata del debate de la reducción de horas de trabajo semanales. En concreto, la jornada laboral de 32 horas en Sanidad. Entre los beneficios argumentados: el aumento de la productividad y mejorar la conciliación familiar.
El secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, durante la pasada Cumbre Internacional de Valencia sobre la idoneidad de esta medida. Una medida que ya se ha puesto en marcha en esta Comunidad de forma experimental con subvenciones públicas. “El efecto es claro y es que la reducción de la jornada semanal a 32 horas reduciría la brecha salarial y de pensiones”, dice Álvarez. Y añade: “por lo que resulta imprescindible que esta jornada entre en vigor lo antes posible”. “Es de justicia para las personas trabajadoras”, sostiene.
Carencia de enfermeros y médicos
Por su parte, Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), reconocía en Redacción Médica que esta propuesta es vista con “buenos ojos”. “Sabemos que una adecuada motivación del personal repercute directa e indirectamente en la satisfacción del paciente y en la calidad del servicio prestado”, dice Rus. En cualquier caso, desde la ASPE han señalado la importancia del contexto actual, de la falta de oferta laboral, de la precariedad existente en el sector. Apuntan que es necesario hacer una valoración completa desde todos los puntos de vista. “Hay que ser consciente de que la carencia de enfermeros y médicos en algunos casos ha llevado a nuestros hospitales al cierre de plantas y servicios”, comenta Rus.
Valoraciones enfrentadas
Anna B. es enfermera en la Clínica Belén de Madrid. Trabaja en la UCI neonatal en el turno de noche y ve de forma positiva este planteamiento, aunque con matices. “Todo lo que sea descargar los turnos y permitir el acceso de más compañeros a la vida laboral, es bienvenido”, confiesa. Sin embargo, no sabe cómo va a poder implementarse esta propuesta en el resto de España, si no se atiende a una situación real. En concreto, se refiere a que la mayor parte de enfermeros, especialmente los padres de familia, tienen que hacer malabares para llegar a final de mes. Problema de la jornada laboral de 32 horas en Sanidad.
“Mis colegas de la Clínica tienen que doblar turnos o buscarse la vida en otros centros porque la remuneración no es suficiente”, arguye. Anna B agrega: “Los aplausos durante la pandemia nos hicieron mucho daño, porque desviaron la atención del problema real que tenemos que enfrentar el personal sanitario”. “Al final ese reconocimiento social e institucional no ha desembocado en una mejora de las condiciones”, añade.
Un alivio, un reconocimiento
Por su parte, el doctor Gabriel Liaño compagina su actividad entre el sector público y privado. Durante su periodo de residencia en el Hospital de Alcalá de Henares tuvo que lidiar con la saturación de las UCI. Además de asumir, por la falta de personal, tareas de gestión que no correspondían a su especialidad. Preguntado por la rebaja de la jornada laboral de 32 horas en Sanidad, Liaño considera que “puede suponer un alivio, un reconocimiento, o simplemente una gratificación por el esfuerzo extraordinario no solamente durante la pandemia, sino también por la sobrecarga asistencial derivada”.
El doctor Liaño, a su vez, ha señalado las consecuencias que la pandemia ha traído consigo como “las consultas diferidas y la suspensión de las listas de espera quirúrgica”. Donde todavía hoy, dos años después desde el estallido de la pandemia, sigue habiendo un retraso “inadmisible” para atender una sencilla operación.
“Al margen del beneficio para el personal sanitario que pueda acarrear esta experiencia piloto —señala Liaño—, el descenso del número de horas podría agravar el problema de la carga asistencial”. En este sentido, “el aumento de oferta de personal puede atender ambas problemáticas, y junto a la introducción de nuevas herramientas”. En concreto, “la atención de telemática y la optimización administrativa de los circuitos asistenciales, conformar una solución eficaz por lo menos en el corto plazo”.
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