Feedforward: hablemos sobre futuro
Lo cierto, es que hoy pasan demasiadas cosas y cambian demasiado deprisa, para que tenga sentido concentrar todo, en uno o dos momentos al año, para revisar un pasado casi olvidado, en ocasiones frustrado, y siempre inmutable.
La mayoría de los expertos confirman que la tradicional evaluación anual del rendimiento ya ha saltado por los aires.
Según la firma Gartner, el 82% de las empresas consideran ineficaces los sistemas actuales, y Mercer nos dice que sólo al 2% les sigue aportando valor.
Más allá de modas pasajeras, que tanto nos gustan, parece que hay consenso respecto a aquello que realmente funciona.
Primero, aportar feedback de manera continua, inmediata y cercana a situaciones concretas.
Segundo, que sea preciso y significativo, que aporte utilidad a quien lo reciba para ayudarle, de verdad, a alcanzar el resultado deseado.
Tercero, que sea gestionado, de manera más informal, a través de aplicaciones y dispositivos ágiles, como por ejemplo nuestro teléfono móvil.
Y, por último, que sea parte de un modelo de gestión del talento integral que ofrezca al empleado, y sobre la marcha, el aprendizaje que necesite.
Se trata de poner al empleado en el centro de este proceso, y no al sistema, con el fin de ayudarle a ser más eficaz en la consecución de sus objetivos.
Adicionalmente y en mi opinión, nos encontramos también con dos grandes cambios muy relevantes.
En primer lugar, se trata de olvidarnos del pasado y poner foco sólo en el futuro, de generar conversaciones que co-creen oportunidades positivas y concretas, imaginando el futuro de una manera tangible y práctica.
No podemos cambiar el pasado, pero sí crear el futuro, que es el sitio en donde pasaremos el resto de nuestra vida, como dijo Woody Allen.
En segundo lugar, sólo merece la pena centrarse en lo positivo y en las fortalezas de los profesionales de mayor éxito.
Un estudio del Corporate Executive Board de hace años demostró que, centrarse en los puntos fuertes del desempeño, incrementó el rendimiento individual en un 36%, mientras que, por el contrario, poner énfasis en los puntos débiles deterioró el rendimiento individual en un 26%.
Centrarse en lo positivo es rentable. Recordamos a Baltasar Gracián cuando afirmó que “todo el mundo hubiera triunfado si hubiera conocido su mejor cualidad”.
Parece que el tradicional feedback ya ha dejado paso al feedforward.
Pasamos de hablar de debilidades en el pasado, a tratar de fortalezas para el futuro.
Porque nosotros, los de entonces, los que pensamos que, tal como expresó el político alemán Willy Brandt, “el futuro no será dominado por aquellos que sigan atrapados por el pasado”, seguimos siendo los mismos.