La escasa (o nula) organización de las empresas es la principal causante de su fracaso y falta de rentabilidad. Muchos directivos y gerentes españoles creen que los éxitos pasados pueden ayudarles a conservar las cuotas de mercado a largo plazo. Esta actitud bloquea la innovación y el avance de las organizaciones. Lo mismo sucede con las nuevas formas de trabajo basadas en la tecnología, muchas compañías se resisten a cambiar este comportamiento son las nuevas formas de trabajo basadas en la tecnología.
“España no es un modelo empresarial de planificación y organización a seguir, como otros países que utilizan herramientas de gestión de proyectos online potentes que les permiten obtener muy buenos resultados”, asegura José Luis Sánchez, CEO de Social Shared. Sin embargo, las empresas se están empezando a dar cuenta de su utilidad en muchos aspectos. “Más lentamente lo hacen las pymes”, añade Sánchez.
Según varios estudios, el buen uso de las redes sociales corporativas puede llegar a doblar el valor potencial de una empresa e incluso incrementar la productividad laboral hasta un 25%. De hecho, más del 80% de negocios de gran crecimiento en Europa ya usa este tipo de plataformas de comunicación.
Las herramientas online, además, permiten llevar a cabo reuniones presenciales desde cualquier lugar y dispositivo, trabajar con usuarios externos, elegir el nivel de privacidad e interacción con el resto, planificar al detalle el trabajo en equipo creando grupos o reuniones, añadir clientes a proyectos propios para mejorar la comunicación y ofrecer fluidez a la relación comercial…
El objetivo de cualquier empresa debe ser maximizar los resultados que se obtienen de la colaboración, trabajo y relación de todos los integrantes de una empresa. Y, sin lugar a dudas, la buena organización es la base para obtener buenos resultados y alcanzar los objetivos empresariales.