Escuchar para que os escuchen.
Muchos empresarios y directivos entienden que la misión de la comunicación interna es ser instrumento para contar todo lo que ellos quieren decir a sus diferentes públicos.
- Contar a sus clientes las bondades de sus productos,
- contar a los políticos cómo quieren que sean las leyes que les afectan,
- explicar a sus accionistas lo rentable que es su empresa…
Y no les falta razón. Para eso sirve la comunicación y la comunicación interna.
Sin embargo para lograr todo eso, el primer paso es identificar y escuchar a los diferentes públicos objetivo y saber valorar que esperan, que les preocupa, que conocen de la empresa…
Porque sin tener en cuenta ese punto de partida, sin haber escuchado antes de hablar, es muy difícil que seamos capaces de gestionar con acierto la información, de modular bien los mensajes y de dirigirlos a cada público según sus códigos de comunicación y su lenguaje.
Escuchar implica atención e interés. Escuchando aprendemos a hablar mejor y seremos más eficaces.
Escuchando mediante encuestas, mediante preguntas abiertas o cerradas, mediante entrevistas telefónicas, online o presenciales, mediante la monitorización de las redes sociales, mediante el análisis del CRM.
Con los instrumentos de escucha adaptados a la dimensión de la empresa y a la de sus públicos, pero escuchando siempre, de manera permanente, antes y después de hablar.
Y escuchar de manera activa nos conducirá a conocer la realidad para cambiarla.
El primer paso para poder gestionar bien la realidad de cualquier empresa es conocer bien a esa compañía, a sus públicos, la imagen que proyecta, sus fortalezas y debilidades.
Y para trabajar en comunicación interna debemos analizar el punto de partida para poder actuar con rigor.
Podemos llamar a ese trabajo inicial “análisis” o “auditoría”, da igual el término, pero si no conocemos cuál es el lugar del que partimos, mal podremos llegar a la meta.
Hay muchos gestores que piden actuar inmediatamente, porque, aseguran no tener tiempo.
Y en la comunicación interna se puede actuar inmediatamente, pero el primer paso para atajar un problema es conocer bien sus causas y sus orígenes, los daños que está ocasionando y cómo está impactando en los diferentes públicos.
Unos buenos cimientos podrán sujetar un gran edificio y los pilares de un buen trabajo de comunicación interna son escuchar, la recopilación de datos y el análisis fiel y riguroso de la situación de la que partimos.
Si la situación es acuciante, actuemos, pero simultáneamente analicemos y escuchemos para sentar bases más sólidas del trabajo a medio y largo plazo.
CMO Foro Recursos Humanos de AZC Global