La situación de la mujer en la empresa ha sido el tema central hoy en “El Foro de los Recursos Humanos”, que ha estrenado escenario al emitirse en directo desde el hotel NH La Habana. Para ello nos han acompañado Jill Medhaug, directora de RR.HH de Nokia España, y Mercedes de la Serna, programa Óptima del Instituto de la Mujer.Todas las estadísticas señalan que cada vez más mujeres acceden al trabajo pero tan solo el 5% se sitúan en cargos directivos dentro de las empresas. Mercedes de la Serna opina que “para que las mujeres puedan desarrollarse plenamente en el mundo laboral, la sociedad debe cambiar, no se puede culpar de todo a las empresas”. Nuestros invitados han coincidido en que es el momento de hablar de personas, directivos y competencias, no de hombres y de mujeres. A pesar de ello queda claro que el mundo empresarial esta cambiando, y las mujeres son un factor clave en estos momentos en la empresa. Aunque es complejo hablar de perfiles de mujer demandados por las empresas, se dan coincidencias en algunas de las características claves que poseen las mujeres que optan a cargos directivos y que las diferencia de los hombres: su alto nivel de autoexigencia, la capacidad de organización y su marcada orientación al logro.
Nos quedamos con la conclusión que han destacado Jill Medhaug y Jorge Cajigas, que también nos ha acompañado hoy, quienes opinan que “el siglo XXI va a ser el siglo de la igualdad” y para ello las pequeñas, medianas y grandes empresas van a deber impulsar la conciliación. Nuria chinchilla, profesora del IESE, también ha participado en el programa. En conciliación, a juicio de Chinchilla, «desde el gobierno pueden hacerse aún muchas más cosas” en especial orientándo sus acciones para que «las Pymes que son las que más complicaciones encuentran a la hora de conciliar vida familiar y laboral, puedan aplicar políticas de flexibilidad para sus empleados». Llama la atención el dato de que un tercio de las mujeres trabajadoras han tomado la iniciativa de crear su propia empresa. Nuria chinchilla explica que “seguramente estas mujeres trabajan más horas pero cuando ellas quieren” y de esta manera consiguen esa conciliación de la vida familiar y laboral que tantos quebraderos de cabeza da a las empresas.
