En 2006, la presencia del sector de servicios como generador de empleo aumentó de un 39,5 por ciento al 40 por ciento y por primera vez superó a la agricultura, que bajó de 39,7 por ciento a 38,7 por ciento y al sector industrial aportó 21,3 por ciento de todo el empleo. En contraposición, diez años atrás, 43,1% de los trabajadores se dedicaban a la agricultura y sólo 35,5 a los servicios.
Los datos se desprenden del último informe anual de la OIT sobre tendencias mundiales de empleo y muestran un cambio que está en línea con el vuelco que la economía global viene dando en la última década hacia la producción de intangibles. A pesar del crecimiento de la economía en todo el mundo, que, de acuerdo con la visión de los empresarios, consolida un fase expansiva que lleva cerca de 4 años, el desempleo global no cede.
A lo largo del 2006, la desocupación se mantuvo en el 6,3% promedio, el mismo valor registrado en el 2005. Es decir que la bonanza económica no generó posibilidades de inclusión para los más de 195 millones de personas que permanecen desempleadas. “El número de personas desempleadas en el mundo se mantuvo elevado a niveles sin precedentes en 2006 a pesar del robusto crecimiento económico”, indicó la OIT en su informe anual.
El documento señala que si bien hay más personas trabajando que nunca, el número de desempleados se mantuvo en una marca sin precedentes en 2006. Al mismo tiempo, el organismo internacional llamó la atención sobre los 1,37 mil millones de trabajadores que tienen empleo pero viven con menos de 2 dólares por día.