En España vivimos 46,7 millones de personas, entre los que 8,4 millones son personas mayores de 65 años y 2,4 millones mayores de 80 años. Hay 4 millones de personas discapacitadas y 2 millones de personas dependientes, por lo que los colectivos de personas Mayores, Discapacitadas y/o Dependientes suponen alrededor del 25% de la población española, afectando por tanto a un porcentaje similar de los empleados de las empresas.
En menos de 40 años estas cifran se duplicarán, mientras que los datos de población globales se reducirán a 41,5 millones, debido a la baja tasa de natalidad, actualmente alrededor de 1,27 hijos por mujer. El aumento de la esperanza de vida (hoy en 82,5 años y para el 2050 en alrededor de 89 años de media), unido a la creciente desestructuración de las familias, multiplicará el número de personas mayores que vivirán solas durante su vejez.
La tasa de dependencia laboral, actualmente en el 50% se va a elevar a casi el 100%, lo que quiere decir que por cada persona en edad de trabajar (entre 18 y 65 años) habrá otra que no estará en edad de hacerlo en el año 2050.
España ya está sufriendo el efecto del “envejecimiento del envejecimiento” por lo que los servicios dirigidos a las personas mayores y dependientes deben de incrementarse, máxime cuando los servicios públicos de salud no pueden ni podrán asumir los costes íntegros de atención y cuidado a estos colectivos.
Las empresas tienen la oportunidad de adelantarse a esta necesidad y de diferenciarse de su competencia, ganado en atractivo para trabajar y en competitividad. Una buena conciliación laboral y familiar, reduce el absentismo y aumenta la productividad de los empleados y, en consecuencia, la rentabilidad y competitividad de las empresas.
A las empresas les interesa proporcionar servicios que mejoren el bienestar del entorno del empleado, tanto su entorno laboral como el familiar y personal. Además, los empleados cada vez demandarán más políticas retributivas por parte de las empresas que tengan en cuenta la personalización de la situación familiar y personal de cada empleado. Ésta personalización mejorará la satisfacción de los propios empleados, clave para la correcta consecución de los objetivos que cada uno deba lograr.
El cuidado a las personas, físico y psíquico, además de ser una acción humana y social a la que todos debemos contribuir de manera constante, es la solución para el buen desarrollo de la empresa, que junto a la formación y talento de los empleados, podrán producir los mejores resultados para dichas empresas.
Los servicios de formación y asistencia familiar para el cuidado de las personas Mayores, Discapacitadas y/o Dependientes son y serán siempre una gran ayuda para lograr el bienestar del empleado y, en consecuencia, la competitividad de las empresas.