
Si eres un director de RRHH y el Director General te dice «¿qué VAS a hacer este año para mejorar la contribución de las personas?» estás ante la imagen de tu fracaso.
Un director de RRHH debe convencer a todos sus colegas del Comité Directivo de que ellos son los auténticos directores de RR.HH. de sus unidades, debe apoyarles en lo Singular (lo que sólo afecta a su área) y convencerles de lo Universal.
Lo que afecta a toda la compañía, que por cierto suele ser lo que un directivo, incluso a nivel de comité, tiende a obviar en beneficio del interés de su área de actividad, y que es la razón de ser de las direcciones de RRHH y… ¡las direcciones generales!.
Por eso defiendo que el «Director General» es el «Director General … de RRHH», que sus misiones principales son tres: las ventas, las finanzas y las personas, y que cada día debe realizar personalmente las actividades más críticas de los tres ámbitos, ya sólo así será «General», y sólo la calidad que demuestre en estos aspectos le diferenciará de la competencia.
¿Y qué hago yo, Director de RRHH, para lograr convencer a mi Director General? Fácil.
Para convencer hay que influir (no ostentar el poder como muchos aún defienden -¿para justificar sus fracasos?).
Influir ganándose el respeto.
Si quieres ganarte el respeto es necesario entender y ejercer el negocio: establecer prioridades, decidir, arriesgar y trabajar para mejorarlo a través de las personas, con la constante búsqueda de la perfección en lo profesional y de la felicidad en lo personal (de los demás porque es para lo que te pagan, pero también la tuya porque eres uno más en la empresa