Comunicación y credibilidad
Desde la Fundación Máshumano, junto a expertos y empresas líderes, hemos analizado sobre cómo han reaccionado las organizaciones respecto a sus empleados, desde la declaración del estado de alarma.
Una vez adoptadas las primeras medidas de aseguramiento de personas y negocio, lo que está marcando la diferencia es la manera en la que la alta dirección está gestionando la relación emocional con las personas y sus familias.
Las que lo están haciendo mejor se distinguen, en primer lugar, porque están centralizando la estrategia de comunicación, asegurando una completa coherencia entre lo que comunican externamente con la experiencia personal de sus profesionales.
En segundo lugar, están mirando más que nunca hacia dentro, hacia la salud tanto física como psicológica de sus empleados y sus familias, con una implicación muy personal del CEO y del resto de la alta dirección en generar cercanía y preocupación positiva, con el fin de crear confianza, tranquilidad, esperanza, ayuda, agradecimiento, acompañamiento y unión frente a la adversidad.
En tercer lugar, están gestionando encuestas específicas para conocer el estado emocional de sus equipos, creando canales de escucha bidireccionales para recibir ideas y sugerencias, y canalizar iniciativas de voluntariado alineadas con sus estrategias de RSC.
Esta crisis ya está poniendo a prueba a las organizaciones, no sólo respecto a las capacidades internas de sus equipos para responder con eficacia, sino a su calidad humana, sometiendo a comprobación la autenticidad de sus declaraciones de propósito y valores.
De hecho, algunas organizaciones han mejorado su índice de satisfacción en marzo, como consecuencia de cómo se han sentido tratadas las personas.
La salida de esta crisis va a tener mucho de arrimar el hombro.
Aquellas organizaciones que han contado con líderes que han estado a la altura de las expectativas, cuidando la dimensión más humana de sus organizaciones, cuentan con una enorme ventaja respecto a aquellos gestores que no han sabido o se han escondido de su gente.
Los fundamentos del liderazgo siempre vuelven.
A mayor incertidumbre externa, mayor necesidad de minimizar la incertidumbre interna, hablando con claridad al adulto, por muy duro que sea el mensaje.
Siempre mejor que la sorpresa u oscuridad.
En la adversidad nuestra intuición nos permite distinguir lo auténtico de quienes nos cuentan milongas.
El talento ya está tomando buena nota para cuando salgamos a la superficie.
Ahora toca seguir resistiendo, porque nosotros, los de entonces, aquellos que recordamos al Capitán Miller cuando, a punto de morir, se despide de Ryan con la sencilla frase “haz que haya merecido la pena”, seguimos siendo los mismos.