Carme Artigas lideraba en 2015 Synergic Partners, líder en Big Data, cuando fue adquirida por Grupo Telefónica. Desde 2018 trabaja como consultor externo.
Carmen es una de las primeras mujeres que mejor conoce el complejo mundo de los grandes datos.
Además es embajadora en España del evento Women in data science.
En esta interesante charla que Carme Artigas ha impartido en el entorno del Observatorio Colón, un evento organizado por PeopleMatters y WorkDay, es significativo que ella hable siempre de tecnología y de personas.
¿Por qué? Porque en muchas ocasiones, cuando separamos a las personas de la tecnología damos un paso que no es bueno para los seres humanos: necesitamos la tecnología y la tecnología nos necesita.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Todos somos seres digitales. Han quedado atrás los tiempos en que llamabas a casa desde un teléfono fijo. Hoy llamamos a las personas, tenemos dispositivos móviles en la palma de nuestra mano y podemos comunicarnos, vía 3G, 4G o 5G, o vía satélite con cualquier persona y en cualquier lugar.
Todas estas comunicaciones, apunta Carme Artigas, generan tanto una huella digital como una serie ingente de datos.
En estos tiempos que nos ha tocado vivir ocurren tres cambios tecnológicos muy importantes.
El acceso limitado a la banda ancha móvil.
Cualquier persona a nivel online tiene acceso a miles de conocimientos. No tiene límites.
El despliegue de la banda ancha llegará en 10 años al 60% de la población mundial. Por la Ley de Moore, los ordenadores cada vez son más baratos y mucho más potentes.
La capacidad de hacer cosas es ilimitada.
Esto es una gran ventaja respecto a algunos tiempos no muy lejanos.
El almacenamiento de datos tiene unos costes muy bajos.
La nube está en el subsuelo. Nos permite almacenar muchos datos a coste 0. Podemos almacenar cantidades ingentes de datos.
El Big Data es el procesamiento de datos a gran escala y con muy bajo coste, y además Open Source lo que permite un salto cuantitativo en relación a lo almacenamos y lo que puedo crear.
Carme Artigas apunta que las fotos, las imágenes, redes sociales, textos o videos no son datos estructurados.
El Big Data no permite utilizar estos datos. Sin embargo los datos de interacción con las cosas si los puede leer, almacenar y trabajar con ellos.
Todo dispositivo con un ID puede generar datos. Es, en definitiva el Internet de las Cosas, o conocido con las siglas IoT.
Por tanto, el big data nos permite gestionar las empresas de forma predictiva. Hasta hace muy poco sólo podíamos gestionar los datos a través del Business Intelligence.
Hoy no me interesan las cosas que pasaron hace diez años, como mucho me interesan las cosas de hace mes y medio, las cosas de cada minuto y de cada segundo.
La computación es cada vez mayor, hemos pasado en pocos años de la estadística tradicional a la gestión de los datos.
En 2014 hubo un crack con la aparición de la Inteligencia Artificial.
Las máquinas hace cálculos muy complejos en poco tiempo. Las personas somos capaces de identificar imágenes, texto y voz. Un ordenador no.
Sin embargo si a una máquina le mostramos 10.000 fotos de gatos, pasado un tiempo será capaz de reconocer un gato, en milésimas de segundo y podrá almacenar 100.000 fotografías en un tiempo ínfimo a través del «machine learning».
Los grandes buscadores como Google o Facebook, Apple, Amazon tienen miles de datos para integrar los modelos. Su única competencia es China, los baidú y Alibaba por el dominio sobre la inteligencia artificial.
¿Cómo afecta esto a las empresas?
Después de lo de Thomas Cook, apunta Carme Artigas, que en 1995 con la llegada de internet muchas empresas se han desmaterializado, es decir han dejado de ser empresas tradicionales para convertirse en empresas de servicios.
Las empresas de servicios han pasado a ser empresas de datos. Los datos se conectan con el mundo físico. Por ejemplo, Whatsapp es una empresa de datos.
Gracias al IoT y a la Inteligencia Artificial los datos se convierten en productos y en servicios inteligentes. Un vaso me asesora sobre la dieta que debo tomar.
La diferenciación entre producto, servicio digital y datos ha desaparecido. Cuando las empresas son de datos pueden competir en cualquier lugar e ir a cualquier sitio.
Vivimos una batalla por el control de los hogares. Quien impide que un asistente me oriente sobre el consumo de gas, la factura eléctrica o los movimientos en mi banco.
No existen barreras de entrada y por eso cualquier empresa pueden entrar en el mercado.
¿Quien crees que saldrá beneficiado de todo esto?
A continuación puedes ver algunas de las respuestas de Carme Artigas en el interesante coloquio generado después de su charla, moderado por Francisco García Cabello.
«para desarrollar asistentes de voz, las empresas necesitan matemáticos y lingüistas porque sin ellos la inteligencia de los asistentes de voz no es posible, generar interacciones es el siguiente paso»
«En relación con la ética y la moral se están empezando a dar pasos, sobretodo para resolver el gran debate de la Inteligencia Artificial. Las grandes preocupaciones en este sentido son resolver el cambio climático y resolver los problemas de AI. Muchas empresas están regulando estos temas por un tema de reputación de marca»
«las regulaciones no va a ser universales, sino más bien en función de los valores que quiera preservar cada país«
Finalmete Carme Artigas responde a la pregunta anterior: «la batalla la ganará quien gane la batalla de la experiencia de usuario y la batalla de la atención«.