La llaman “la pandemia silenciosa” que afecta al planeta tras el huracán del Covid-19. Nuevos brotes, vacunación que no acaba de hacerse universal, cierres perimetrales, limitación de reuniones, temores a contagiarse, miedo laboral por la pérdida del trabajo o un teletrabajo prolongado genera el caldo de cultivo perfecto para la ansiedad.
La persona que padece ansiedad acaba viendo esta patología reflejada en su comportamiento y sin duda, creando mal ambiente en el trabajo si llega a un nivel de ansiedad excesivo.
Los psicólogos de ifeel, la plataforma de bienestar emocional y apoyo psicológico para individuos y empresas, nos recuerdan que los lugares de trabajo no pueden ser junglas de mal ambiente, donde los empleados tengan que estar siempre hipervigilantes y con una espada pendiendo sobre ellos para que se trabaje bien. Hay que tener cuidado con eso porque no es saludable.
También hay que tener cuidado con esa creencia de que “Yo trabajo mejor, o rindo mejor, cuando estoy bajo presión” porque no parece un método muy eficiente a largo plazo para el bienestar del trabajador y la productividad de la empresa.
Puede ocurrir que el trabajador que padece ansiedad pierda lucidez en su procesamiento de la información: interprete erróneamente los estímulos, lo cual le hace dar respuestas inadecuadas, tomar decisiones mal meditadas, tardar más en ejecutar una única tarea porque empieza a comprobarlo todo una y otra vez o a rehacerlo y su rendimiento y productividad se resienten.
Si tienen la percepción de que, haga lo que haga, tendrá un feedback negativo, eso le va poner en un estado de nerviosismo no beneficioso para la tarea, porque desmotiva y impide tener una perspectiva adecuada sobre los pasos que vamos dando, aseguran desde ifeel.
Las relaciones interpersonales también pueden verse perjudicada por un nivel de ansiedad inadecuado en el trabajo.
Las personas que experimentan un nivel de ansiedad demasiado elevado de manera recurrente tienden a transmitir una imagen de preocupación, de que algo va mal en ellas o en el entorno, lo cual puede incomodar o transmitir esa inquietud a los demás innecesariamente, en lugar de contribuir a un clima de sosiego y bienestar.
Además, estas personas son más reactivas, es decir, “saltan” más fácilmente, porque están en tensión. La interacción cobra entonces la forma de desconfianza, susceptibilidad y dificultades para una cooperación óptima.
Esto puede llegar a disminuir el número de tareas que se les encomienda o el nivel de responsabilidad asociado a las mismas, lo cual no es bueno ni para el equipo ni para el individuo en particular, porque hace que no se utilice todo el potencial que tiene esa persona.
Un nivel de ansiedad elevado sostenido en el tiempo podemos considerarlo un problema de salud mental, además de generar un perjuicio importante en la salud física.
Es cierto que los líderes y responsables de recursos humanos no pueden influir profundamente en la personalidad y el estilo de afrontamiento que tienen los miembros de la plantilla.
Sin embargo, sí pueden influir en la cultura empresarial, el clima emocional que se respira en la empresa, la cohesión del equipo a través del fomento de relaciones de confianza y los estilos de coordinación y liderazgo saludables que sirvan de modelo para el conjunto de miembros de la plantilla.
Por eso es tan importante detectar malas prácticas en cuanto a la ejecución y funcionamiento de las tareas pero también en cuanto a factores de tipo psicosocial que puedan estar influyendo negativamente en el nivel de estrés y ansiedad de los trabajadores: no para hacer que el estrés y la ansiedad desaparezcan del todo, dado que eso no es posible ni necesario, pero sí para que no alcancen de manera recurrente niveles que sean perjudiciales para la salud de los trabajadores y, por tanto, para la productividad de la compañía, según los psicólogos de ifeel.
ifeel cuenta con un programa de bienestar emocional para empresas que ayuda a las compañías a poner asuntos como el manejo adecuado de la ansiedad y el estrés en el centro de su estrategia de recursos humanos y mejora de la productividad.
Por un lado, permite a los empleados acceder a un servicio de cuidado de su salud mental estructurado en diferentes niveles según sus necesidades y el nivel de implicación que deseen tener en cada momento.
De este modo, disponen de diferentes herramientas de cuidado de su salud mental a las que pueden acceder con la app de ifeel.
Si lo desean, pueden recibir soporte emocional a través de un chat con uno de los psicólogos colegiados de nuestra plataforma. En caso de que necesiten una ayuda más continuada en el tiempo para poder profundizar en los temas que necesiten pueden acceder al tercer nivel del programa: la terapia psicológica online con un psicólogo especializado en casos como el suyo.
Por otro lado, los responsables de recursos humanos pueden recibir asesoramiento personalizado y basado en datos acerca de los principales factores de riesgo para la salud mental de sus equipos que están presentes en la compañía y cómo potenciar los factores protectores que sirvan para contrarrestar esos riesgos.
De este modo, se fomenta la salud mental de los trabajadores al tiempo que se preservan buenas condiciones para que la productividad sea óptima.