La nueva apuesta para la economía mundial es el trabajo flexible, que, según el primer estudio socioeconómico sobre el “cambio de las prácticas en el espacio de trabajo” de Regus, aportará más de 8,6 billones de euros hasta 2030.
Regus, proveedor global de espacios de trabajo, ha llevado a cabo este análisis en 16 países. Con él, ha llegado a la conclusión de que el trabajo flexible favorecería el ahorro para las empresas, el aumento en la productividad y un movimiento ágil en la cadena económica.
Principalmente, se habla de aumentar el valor añadido del trabajo flexible para la economía en cuanto a los beneficios económicos para llevarlo a cabo.
Por otro lado, se estudian los beneficios personales, el trabajo flexible lo que pretende es ayudar a los empleados de una empresa a compatibilizar su trabajo con sus necesidades personales. Como explica el estudio de Regus,”las personas que trabajan a distancia tienen casi el doble de posibilidades de estar satisfechos con su trabajo que otros de su mismo sector que trabajan en un espacio de trabajo tradicional”.
Esto se debe al ahorro de tiempo en desplazamientos y, por lo tanto, ahorro de dinero. El análisis pone de manifiesto que el trabajo flexible podría ahorrar 3.530 millones de horas de aquí hasta 2030.
“El trabajo flexible es una herramienta poderosa que puede beneficiar no solo a las empresas, también a la sociedad y a economías enteras”, señala Philippe Jiménez, country manager de Regus en España, “esto ha sido posible gracias a la adopción acelerada del trabajo flexible como práctica empresarial estándar para millones de personas de todo el mundo. Resulta muy emocionante considerar las maneras en que nuestra sociedad podría beneficiarse del aumento del trabajo flexible”.
Por otro lado, Steve Lucas, parte de Delevopment Economics y autor del informe ha señalado que “el trabajo flexible ofrece contribuciones significativas para la sociedad, desde la devolución del tiempo personal a los profesionales hasta la mejora de la mejora de la economía”.